Este trinitario del S.XVI fundó una congregación de esclavos de la Virgen, pues comprendió el papel de la Madre de Dios en la economía de la salvación.
Redacción (28/09/2021 08:04, Gaudium Press) San Simón de Rojas, uno de los santos que la Iglesia celebra hoy, nace en octubre de 1552, en Valladolid.
Entra muy joven a la orden de la Santísima Trinidad y de redención de cautivos, los Trinitarios: sólo tenía 12 años. Y luego, varios años más tarde, hace su profesión religiosa, en octubre de 1572.
Entre 1573 y 1579 va a la prestigiosa Universidad de Salamanca a continuar sus estudios.
Luego cumple funciones de profesor, en Toledo, de superior de varias casas de su comunidad, de Visitador Apostólico en su Provincia de Castilla y también en la Provincia de Andalucía.
Pero además es fundador. En 1612, funda la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo nombre de María. La Providencia quiso llevarlo a la más alta corte de su país, y en 1619 es hecho preceptor de los Infantes de España y en 1621 confesor de la Reina Isabel de Borbón.
Tuvo un grandísimo amor a la Virgen, que nace con las enseñanzas de su madre, la virtuosa Constanza. Que beneficio inconmensurable tener una madre mariana y virtuosa. Pero es que Constanza y su esposo Gregorio, en lo de marianos, eran verdaderamente exagerados, de la buena exageración. Tanto así, que el niño Simón, las primeras palabras que pronunció fueron “Ave María”, no papá o más comúnmente mamá. Él simplemente estaba repitiendo lo que había escuchado de sus padres.
Le encantaba visitar santuarios de la Virgen, siguiendo la estela señalada por los papás. Sus estudios teológicos lo llevaron a amar más y más a Nuestra Señora y a entender su esencial papel en la economía de la salvación de los hombres. Fue movido por sus estudios pero sobre todo por su amor a la Madre de Dios, que fundó su congregación de esclavos de Nuestra Señora.
Esta congregación, de tipo laical, incluía personas desde el rey y sus hijos hasta sencillas gentes, que se obligaban a honrar a la Virgen y a atender a los pobres. La obra aún subsiste en España.
Vida en función de la Virgen
Fue un gran contemplativo y escribió una obra donde refleja su alma meditativa, La oración y sus grandezas, pero quería que la dimensión contemplativa se uniese a la activa, particularmente la caridad con los necesitados.
Se le llegó a conocer como “el Padre Ave María”, de tanto que repetía la salutación angélica. Hizo que se imprimieran millares de estampas de Nuestra Señora, con el título ‘Ave María’. Es creador de una devoción particular, la de los rosarios con 72 cuentas, para honrar los 72 años que se cree que María Santísima vivió entre los hombres.
Siendo preceptor de los infantes de España y luego confesor real, hizo que en el Palacio Real de Madrid se esculpiese con letras de oro la salutación angélica, “Ave María”.
Muere en septiembre de 1624 y durante 12 días los más famosos oradores de la capital española hacen el elogio de sus virtudes. El Nuncio queda impresionado, y hace que se inicie cuanto antes el proceso de canonización.
Con información de Vatican.va
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