Comienza a profetizar este santo en el año 520 a.C., el mismo año que inició a profetizar Ageo.
Redacción (06/09/2023 08:51, Gaudium Press) Hay varios Zacarías santos en la historia sagrada y en la historia de la Iglesia. Está el Zacarías padre de San Juan Bautista, sacerdote, que quedó mudo por la acción del ángel. También se encuentra el Papa San Zacarías, que reinó en la Iglesia del 741 al 752. Y está nuestro santo de hoy, que es el penúltimo de los profetas menores.
Comienza a profetizar este santo en el año 520 a.C., el mismo año que inició a profetizar Ageo. Se cree que su período de profecía comprende sólo dos años (520-518), aunque algunos dicen que tal vez más.
Ageo incentivaba al pueblo a restaurar el templo; Zacarías “tomando como punto de partida el estado de aflicción en que se hallaba entonces Jerusalén… anima, consuela, exhorta, mostrando el porvenir brillante reservado a Israel y las bendiciones abundantes que se unirán a la restauración del Santuario de Yahveh” (Fillion).
Anuncia las dos venidas del Señor
Zacarías es un profeta claramente mesiánico.
En los primeros capítulos de su libro expone ocho visiones (Caps. 1-6). En los siguientes (7-8) hay enseñanzas espirituales y sirven de ligación con los últimos (caps. 9-14) prevén el reino del Mesías, y muestra a Jesús en sus dos venidas, en la primera rechazado y sufridor, y en la segunda triunfante y lleno de gloria.
Aunque no faltan los críticos que dicen que la segunda parte del libro de Zacarías corresponde a otro autor, la tradición de la Iglesia e incluso de la Sinagoga se opone a ello, pues muestra la coincidencia entre trechos de la primera parte del libro con la segunda.
Dicen estos críticos racionalistas que la última parte (caps. 9-14) son de un escritor anterior al cautiverio de Babilonia.
Sin embargo, “véase en Vigouroux, Cornely, Knabenbauer, etc., los paralelismos importantes entre textos de Zacarías y los profetas Jeremías, Ezequiel, Sofonías, etc., que muestran que aquél se sirvió de ellos y no pudo por tanto ser anterior a la toma de Jerusalén por Nabucodonosor” (Enciclopedia Católica).
Con información de Aciprensa
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