Se cree que Santa Bibiana vivió a finales del S. III, o en épocas del siniestro Juliano el Apóstata.
Redacción (02/12/2024, Gaudium Press) Se cree que Santa Bibiana, romana, vivió a finales del S. III, o en épocas del siniestro Juliano el Apóstata.
Sus reliquias fueron encontradas en dos vasos de vidrio, y junto a ellos dos sarcófagos en perfecto estado de conservación, los de su hermana Demetria y su madre Dafrosa.
Narra la tradición que el gobernador Aproniano primero asesinó a los padres de la Santa, Flaviano y Dafrosa. Y que luego, con la intención de adueñarse de su patrimonio, quiso obligar a la apostasía a las hijas cristianas sospechando que ellas se negarían y que podría adueñarse de sus bienes. Como estas se negaron a abandonar la fe de Cristo, las hizo encerrar en una cárcel.
Demetria, hermana de la santa, no resistió la prisión y allí murió.
Bibiana se mantuvo firme, y enfrentó al gobernador.
Este, exasperado al ver que no flaqueaba la fortaleza de la Santa, ordenó que se la atase a una columna y que fuera flagelada, muriendo así, con su cuerpo lleno de llagas.
Aunque el gobernador ordenó que sus restos se le diesen a los perros, narra la tradición que el antiguo tutor cristiano de Juliano el Apóstata los habría recogido, y hecho enterrar cerca de su casa, en el lugar donde sus padres ya estaban enterrados, junto a su hermana Demetria.
Allí pronto se construyó una capilla; el Papa Simplicio luego le dedicó una basílica en ese lugar, que fue restaurada y ampliada por Urbano VIII. Esa basílica es muy conocida y visitada por romanos y extranjeros, en cercanías de la famosa estación Termini.
Con información de El Testigo Fiel y Catholic.net
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