Fue visitada por Juan Pablo II en su lecho de enferma.
Redacción (13/03/2021 12:50, Gaudium Press) María Rita Lopes Pontes, nuestra santa de hoy, nace el 26 de mayo de 1914, hija segunda de un profesor de odontología en Salvador, Brasil.
Su madre muere estando ella muy niña, de solo 6 años. Sus tías se encargaron de criarla.
Cuando a los 13 años una de sus tías la lleva a conocer una de las zonas más pobres de la ciudad, se enciende su sensibilidad hacia los más carentes.
Entra a la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios a los 18 años de edad, y allí comenzó a llamarse Dulce, la que después sería conocida como Dulce de los Pobres, o Dulce del Brasil.
Siempre tuvo gran devoción a Santa Teresita, de quien asumía pensamientos: “Creo que soy como el pequeño amor de mi pequeño corazón, que por más amor que tenga es poco para un Dios tan grande”, escribía la hermana Dulce cuando ingresó al convento. “A ejemplo de santa Teresita, creo que deben ser agradables al Niño Jesús todos los actos pequeños de amor por menores que sean”, expresó esa vez.
Una Santa Emprendedora
La Hermana Dulce revela pronto su capacidad emprendedora: Funda la unión de trabajadores de San Francisco, un movimiento cristiano de obreros en Bahía. Empieza a refugiar personas enfermas en casas abandonadas en una isla de Salvador de Bahía. Son desalojados y se lleva a sus sin techo a un antiguo mercado de pescado, de donde también el Ayuntamiento las desaloja.
No le queda sino el gallinero del convento donde vivía, que se transforma en hospital ad hoc y que da origen luego al Hospital San Antonio, inaugurado oficialmente en mayo de 1959 con 150 camas. Actualmente recibe 3.000 pacientes cada día.
El conjunto de las fundaciones realizadas por la santa religiosa constituyen hoy las Obras Sociales de la Hermana Dulce (OSID).
En las últimas décadas de su vida su salud se debilitó bastante. Sólo tenía el 30% de capacidad pulmonar. Estando hospitalizada recibió la visita de Juan Pablo II. Muere en el convento de San Antonio el 13 de marzo de 1992, y a su despedida acudieron miles, muchos pobres, para darle el postrero adiós.
Hoy su cuerpo yace en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios; en el traslado, se descubre que el cuerpo estaba incorrupto.
El milagro para su beatificación fue cuando a Cláudia Cristiane Santos se le contuvo una hemorragia incontrolable luego de haber dado a luz.
Con información de El Testigo Fiel e Irmadulce.org.br
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