Las muchas revelaciones que Jesús le hizo están consignadas en su famoso Diario, obra magnífica que condensa su vida.
Redacción (05/10/2020 07:41, Gaudium Press) Hoy se conmemora a Santa Faustina Kowalska, a quien se le apareció el Cristo de la Misericordia.
Nace Helena Kowalska el 25 de agosto de 1905, en Glogowiec, Polonia, hija de campesinos, que trajeron al mundo diez hijos de los cuáles ella era la tercera.
Aunque desde muy joven discernió que tenía vocación a la vida religiosa, tuvo que trabajar como empleada doméstica para ayudar en el sustento del hogar. Pero a los 18 años insistió junto a sus padres que la dejarán cumplir su misión; sin embargo los padres se negaron.
Se le aparece Jesús llagado
Quiso apagar la voz de la vocación distrayéndose con lo que llamaba ‘vanidades de la vida’. Pero un día, cuando estaba en un baile junto a una de sus hermanas en la ciudad de Lodz, en medio de la danza, vio a su lado a Jesucristo cubierto de llagas. Y entonces escuchó las siguientes palabras: “¿Hasta cuándo he de tener paciencia contigo y hasta cuando tú me desilusionarás?”
Salió entonces consternada de ese baile, fue hasta una iglesia cercana, y quedó prosternada junto al Santísimo, a quien pedía con ardor que la ayudara a encaminar su vida. Y entonces escuchó otra voz que le dijo: “Ve inmediatamente a Varsovia, y allá entrarás en el convento”.
En ese momento, Helena tuvo un acto heroico: Con apenas un vestido, pero llena de confianza, partió entonces para la capital.
Ya en Varsovia, varios monasterios recusaron recibirla.
Pero el 1 de agosto de 1925, fue aceptada en la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. A medida que iba recorriendo el camino en la comunidad, las dudas la asaltaban sobre su vocación, pero ella con la gracia de Dios las iba venciendo. Recibe el hábito de novicia el 30 de abril de 1926, con el nombre de Hermana María Faustina del Santísimo Sacramento.
Sintiendo su fragilidad, ella se pone entera en las manos de Jesús, siguiendo la vía de la infancia espiritual de Santa Teresita del Niño Jesús, que le indicaba que incluso en las menores cosas pidiera fuerzas al cielo para ejecutarlas.
Por ejemplo, destinada a la cocina, tenía dificultad en lavar las papas en ollas, y luego cuando iba a escurrir el agua, se caían muchas de esas papas. Un trabajo simple, que causaba sufrimiento en la Hna. Faustina. Quiso incluso esquivarse de ese servicio, pero las hermanas se escandalizaron. Entonces pidió ayuda a Jesús, quien le respondió con una voz interior asegurándole que le daría la fuerza para realizar esa tarea sin esfuerzo.
La importancia del amor a Dios en todo, como lo decía Santa Teresita
En la noche, la hermana Faustina consiguió derramar el agua de la olla con facilidad, pero cuando la destapó, tuvo una linda sorpresa: las papas se habían transformado en rosas. Y entonces oyó estas palabras del Señor: “Transformé tu trabajo tan pesado en bouquets de las más bellas flores, y su perfume se eleva hasta mi Trono”.
Al respecto de este y otros hechos, Santa Faustina así se expresaba: “Vos me dais a conocer y comprender en qué consiste la grandeza del alma: no en grandes acciones, sino en un gran amor. El amor tiene valor y da grandeza a nuestros actos. Aunque nuestras acciones sean banales y vulgares por sí mismas, por el amor se tornan importante y poderosas delante de Dios”.
Votos solemnes. Necesidad de entregarse a la misericordia de Jesús
El 1 de mayo de 1933 hace los votos perpetuos. En ese momento, ya tenía clara su misión de apóstol de la Divina Misericordia: “En el Antiguo Testamento, yo enviaba profetas a mi pueblo con amenazas. Hoy te estoy enviando a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la sufrida humanidad, sino deseo curarla, estrechándola a mi misericordioso Corazón”, le decía Jesús.
“Secretaria de mi más profundo misterio”, fue el título que le concedió el Señor.
Por expresa determinación de Jesús, fue escribiendo los mensajes y las revelaciones que recibía en un Diario, obra maravillosa llena de visiones, conversaciones con el Hijo de Dios, con Nuestra Señora, comunicaciones con los ángeles, santos y almas del purgatorio. Incluso hay allí una visita al infierno y otra al purgatorio. El Diario es un gran tesoro.
El centro del mensaje del cual Jesucristo la quiso hacer portadora era la necesidad de que las almas se volviesen a su misericordia divina:
“Que toda alma glorifique mi bondad. Deseo la confianza de mis criaturas; exhorta tú a las almas a una gran confianza en mi inconcebible misericordia. Que el alma flaca, pecadora, no tenga miedo de aproximarse de Mí, pues, incluso que sus pecados fuesen más numerosos que los granos de arena de la Tierra, aún así serían sumergidos en el abismo de mi misericordia”.
Jesús le anunció a la Santa que quería que se difundiese la devoción a su misericordia infinita: “Deseo que los sacerdotes anuncien esa mi gran misericordia con las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de aproximarse de Mí. Me queman las llamas de la misericordia; quiero derramarlas sobre las almas”. Cumplir este designio de Dios no le fue fácil a la religiosa.
Cuadro de la misericordia
Un día, el 22 de febrero de 1931, Jesús se le aparece vestido de blanco, con la mano derecha bendiciendo. De su pecho salían dos rayos, uno blanco y otro rojo. El blanco significaba “el Agua, que justifica las almas; el rayo rojo significa la Sangre, que es la vida de las almas”. Mandó que fuese pintado ese cuadro con la inscripción “Jesús, yo confío en Vos”.
Tras ser pintado el cuadro, la Santa manifestó al Señor que la obra no era ni de lejos tan bella cuanto la visión que había tenido, pero Jesús le dijo que no importaba, que el valor de la imagen no estaba en su belleza sino en la gracia dada por Él.
Jesucristo pidió que el cuadro fuese bendecido el domingo siguiente a la Pascua, que Él instituyó como Fiesta de la Misericordia.
Jesús le enseñó la coronilla de la Misericordia, le indicó como rezarla, para tocar su corazón, y también instituyó la “Hora de la Misericordia”, a las 3 pm, para que se honrase su Pasión. Decía que esa era la “Hora de la gran misericordia para el mundo entero”, la hora en la cual “la misericordia vence a la justicia”. Reveló que en esa hora no niega nada a quien pide en nombre de su Pasión, especialmente por los pecadores.
Sufrimientos de Santa Faustina
Dios quiso probarla con la tuberculosis, cuyos efectos algunas hermanas creyeron que simplemente eran simple pereza y capricho.
También fue incomprendida por sus revelaciones, pero ella siempre respondía con bondad hacia todos.
Finalmente muere el 5 de octubre de 1938, con solo 33 años.
Fue canonizada por San Juan Pablo II, el 30 de abril del año 2000, un domingo de la misericordia, que hoy es fiesta litúrgica.
(Con información del artículo de la Hna. Mónica Erin McDonald, EP, ‘La secretaria de la Divina Misericordia’. Rev. Arautos do Evangelho, Oct /2009).
Deje su Comentario