Santa Gertrudis fue dada por sus padres muy joven al convento de las benedictinas de Rodesdorf.
Redacción (16/11/2024, Gaudium Press) Hoy conmemoramos a Santa Gertrudis, virgen benedictina, patrona de personas místicas. Su nombre significa “fiel defensora” (ger: defensora, trud: fiel)
Nace alrededor del año 1256 en Eisleben, hoy Alemania, y desde que tenía 5 años sus padres la colocan como alumna con las benedictinas de Rodesdorf.
La superiora del convento nota la rutilante inteligencia de la niña y la incentiva en el camino de los estudios, además del cumplimiento de la regla.
“En esa alma, Dios reunió el brillo y el frescor de las más bellas flores a la candidez de la inocencia, de manera que encantaba todas las miradas como atraía todos los corazones”, dice de ella una contemporánea.
Embriagada por el torrente del Divino Amor
Sin embargo, se aficionó demasiado a los estudios profanos, que son solo un medio y no un fin, y por ello, cuando tenía 26 años, Cristo se le aparece y le dice: “Probaste la tierra con mis enemigos y chupaste algunas gotas de miel entre las espinas. Vuelve a mí y te embriagaré en el torrente de mi divino amor”. En esa visión le fueron impresos los estigmas del Salvador. A este momento ella lo llamaba su “conversión”.
Desde entonces se dedicó más a estudiar teología, biblia, y a la lectura de los Padres de la Iglesia.
Las personas comenzaron a consultarla y siempre respondía con mucha propiedad. Para que sus consultantes tuvieran sus ayudas a la mano, escribió algunas obras en lengua vernácula, aunque otras escribió en latín. Esas obras se perdieron.
Su oración, siempre escuchada por Dios
En un año que hacía mucho frío, afectando hombres, animales y cosechas, Santa Gertrudis imploró a Dios alivio, recibiendo esta respuesta de Cristo: “Hija, has de saber que todas tus oraciones son oídas”. Ella insistió y le pidió una prueba de su bondad haciendo que cesase el frío. Cuando salió de la Iglesia, la nieve ya se estaba derritiendo.
Tenía una especial devoción a la eucaristía, y se dice de ella que era especialmente amante de la humanidad de Jesús, siendo una especie de precursora de la devoción al Sagrado Corazón. Inclusive se afirma que algunas de las revelaciones de Jesús a Santa Gertrudis tienen similitudes a las revelaciones que hizo después a Santa Margarita María Alacoque.
Por ejemplo, un día le presentó su Corazón con la forma de un turíbulo de oro, del que subían al Padre tantas columnas de incienso como tipos de hombres había por los cuáles Él dio la vida.
Gran mística, procuraba ser una más entre sus hermanas.
Un día se le aparece el Señor y le dice: “Gertrudis tú serás mi Heraldo”, el que anuncia. Ella escribió en cinco tomos lo que recibió en sus revelaciones, y siendo fiel al título que le había puesto Jesús, tituló sus libros como “Heraldo de la amorosa bondad de Dios”, que la gente conoce como Revelaciones de Santa Gertrudis, y donde se relata su alta vida mística.
Era muy cercana a otra mística de su tiempo, Santa Matilde, su tía. Un día Matilde le preguntó a Jesús: “Señor, fuera de la Santa Hostia, ¿dónde te puedo encontrar?” – Y Jesús le respondió: “Búscame en el corazón de Gertrudis”.
Según la tradición, fallece en el año 1302 o 1303, es decir, vivió en esta tierra por 47 años. Ella había compuesto un pequeño tratado de preparación para la muerte, que ciertamente fue su guía en ese trance.
Deje su Comentario