No se equivoca el Cardenal.
Valencia (16/06/2020 07:36, Gaudium Press) Fuertes declaraciones emitió el Cardenal Arzobispo de Valencia, Mons. Antonio Cañizares, cuando en su homilía de la misa del Corpus Christi el pasado domingo, deploró que para algunas vacunas se estuviesen usando células de niños abortados en abortos provocados.
“El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones. Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados. Así de claro. Y eso es inhumano, eso es cruel, y ante eso no podemos alabarlo ni bendecirlo, todo lo contrario”, expresó el purpurado en la ocasión. Y se le ‘vino el mundo encima’ al Cardenal. Muchos medios lo tacharon de conspinaoico, de propagador de bulos, etc.
Sin embargo, la realidad da la razón al purpurado.
En artículo publicado en Aleteia el día de hoy, Justo Aznar, del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia-San Vicente Mártir, explica que de 130 estudios que se adelantan en todo el mundo para encontrar la vacuna contra el Covid 19, en 6 se “usan células obtenidas de abortos humanos”. No son niños que han sido abortados recientemente, sino que unos lo fueron en 1972 y otro en 1985. Los niños abortados en 1972 dieron origen a una línea celular HEK-293, y el de 1985 dio origen a la línea celular PER-C6. En la primera línea celular se extrajeron células de los riñones de los niños abortados, y en la segunda de la retina de un niño abortado a las 18 semanas. Ambas líneas celulares fueron desarrolladas en el laboratorio de biología molecular Alex Van der Eb, de la Universidad de Leiden en Holanda.
Entonces, sólo 6 de 130 proyectos de desarrollo de vacunas usan ese tipo de células. Pero ocurre que los dos proyectos que se encuentran más avanzados, sí están usando esas ‘células – aborto’, el promovido por la firma CanSinoBiologys, del Instituto de Biotecnología de Pekín, y el de la Unviersidad de Oxford que se realiza en asociación con la farmacéutica Astra Zeneca.
Como ya había informado Gaudium Press, la conferencia episcopal de los EE.UU. ya se había pronunciado al respecto. Empresas como Moderna, Johnson & Jonson y Merck estaban desarrollando sus vacunas con estas células, mientras que empresas como Sanofi no.
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