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Mons. Georg Gänswein concedió entrevista a EWTN sobre diversos temas. También sobre los conflictos que tuvo con el Papa Francisco.
Redacción (17/06/2025, Gaudium Press) Muchos han destacado la efusividad, en el encuentro que tuvo el Papa León XIV hace una semana con Mons. Georg Gänswein, 68 años, actual Nuncio en los países bálticos y antiguo secretario personal de Benedicto XVI. Este saludo entre Nuncio y Papa se dio de forma natural en la audiencia que el Papa León concedió a los representantes pontificios ante la comunidad de naciones; pero evidentemente ese encuentro venía cargado de significado, hasta de simbolismo, entre otras razones por los problemas que había tenido Mons. Gänswein con el anterior Pontífice.
La relación con el nuevo Pontífice, y otros importantes temas fueron abordados en entrevista reciente concedida por el Nuncio a EWTN, de la que Die Tagespost ha dado reseña.
Ante las cámaras de EWTN el Arzobispo destacó ese ‘nuevo ambiente’ romano, ya palpable en la reunión de los nuncios: “La atmósfera es a la vez tranquila y acogedora”, dijo, en una opinión en la que coinciden no pocos. Y más específicamente sobre el Papa León: “La primera impresión ha sido sorprendente y muy positiva. No solamente porque él volvía a portar la estola y la muceta [ndr. capa pontificia corta, roja, que cubre la parte superior del pecho, y se usa en ceremonias formales no litúrgicas], sino también por su presentación”.
Forzosamente salió a la palestra los problemas en el anterior pontificado, potenciados por la publicación de sus memorias “Nada más que la verdad – Mi vida al lado de Benedicto XVI”, aunque no solo por ello.
El Nuncio en los países bálticos contradijo la imagen de ruptura difundida por la midia: “Hubo ciertas dificultades, ciertas tensiones, pero ya se habían resuelto en enero de 2024”. En junio de ese año, él fue destinado a su ahora nunciatura, y una audiencia en noviembre dice que profundizó la reconciliación con Francisco: “También pude rezar por el Papa Francisco en su tumba. Y eso completó la reconciliación”, expresó el Monseñor.
Cuando se le preguntó por la guerra de Ucrania, Mons. Gänswein expresó cómo el conflicto se siente cerca de su ahora casa: “Hay una presencia de guerra”. La Iglesia aporta por su presencia la esperanza, no solo a los católicos.
Él, aunque ahora integrado al servicio exterior de la Santa Sede, conserva la herencia de Benedicto en el corazón de su acción: “No debemos desperdiciar ese gran don”, afirma. Esa herencia no es de ninguna manera un fardo para él: “No me preocupa en absoluto”, que se le considere una carga que se le asocia.
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