En el Ángelus dominical, el Pontífice comentó el evangelio del día que trata de la hipocresía farisaica.
Redacción (30/08/2021 10:41, Gaudium Press) Al comentar el evangelio del día, ayer en el Ángelus dominical, el Papa explicó que la acción del Señor es fundamentalmente la de querer devolver la fe a su centro.
El evangelio dominical, de apóstol San Marcos, expone a unos fariseos escandalizados porque el Señor permitía que los apóstoles comieran con las manos ‘impuras’, no siguiendo la tradición de lavarlas. Nuestro Señor los invectiva como hipócritas, como representantes de un corazón que “honra con los labios”, pero cuyo corazón está alejado de Dios.
“Es el riesgo de una religiosidad de la apariencia: aparentar ser bueno por fuera, descuidando purificar el corazón. Siempre existe la tentación de ‘arreglar a Dios’ con alguna devoción externa, pero Jesús no se conforma con este culto. No quiere lo externo, quiere una fe que llegue al corazón”, dijo al respecto Francisco.
En el evangelio Jesús dice a la multitud que “no hay nada fuera del hombre que, entrando en él, pueda hacerlo impuro” y que por el contrario, es “desde dentro, desde el corazón” que nacen las cosas malas, el Pontífice añadió:
“Estas palabras – comentó el Pontífice – son revolucionarias, porque en la mentalidad de entonces se pensaba que ciertos alimentos o contactos externos lo hacían a uno impuro. Jesús invierte la perspectiva: no es malo lo que viene de fuera, sino lo que nace de dentro”.
Para vencer el mal, hay que vencerlo primero dentro de uno mismo
Pero nosotros también solemos pensar “que el mal provenga sobre todo de fuera: de los comportamientos de los demás, de quien piensa mal de nosotros, de la sociedad”.
“¡Cuántas veces culpamos a los demás, a la sociedad, al mundo, de todo lo que nos sucede! Siempre es culpa de los ‘demás’: de la gente, de quien gobierna, de la mala suerte”, dijo el Papa.
El Papa Francisco invitó a pedir al Señor “que nos libre de culpar a los demás”. Y que pidamos “la gracia de no perder el tiempo contaminando el mundo con quejas, porque esto no es cristiano”.
“Más bien, Jesús nos invita a mirar la vida y el mundo desde el corazón. Si nos miramos por dentro, encontraremos casi todo lo que detestamos fuera”
Si “pedimos sinceramente a Dios que nos purifique el corazón”, comenzaremos “a hacer más limpio el mundo”. “Porque hay un modo infalible de vencer el mal: empezar por vencerlo dentro de uno mismo”.
Con información de Vatican News
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