Están siendo muy numerosas, especialmente en Italia, las reacciones al comunicado del Vicariato de Roma sobre la visita canónica al centro Aletti.
Redacción (19/09/2023 09:54, Gaudium Press) Están siendo muy numerosas, especialmente en Italia, las reacciones al comunicado del Vicariato de Roma sobre la visita canónica al centro Aletti, lo que ocurre dos días después de que Maria Campatelli, la directora de este centro, se entrevistase con el Papa.
Recordemos que el Centro Aletti tuvo como fundador y director al cuestionado ex jesuita Marko Rupnik, y que en comunicado de junio Campatelli y el centro Aletti defendieron a este sacerdote, acusando también a la Compañía de Jesús de “favorecer una campaña mediática basada en acusaciones difamatorias y no probadas (que han expuesto a formas de linchamiento a la persona del P. Rupnik y a todo el centro Aletti)”.
El comunicado ahora de la diócesis de Roma da cuenta de la visita encargada a P. Giacomo Incitti, profesor de derecho canónico en la Universidad Urbaniana, investigación realizada con “diligencia y confidencialidad, a través de reuniones comunitarias y un número importante de entrevistas personales tanto con los miembros actuales como con muchas personas que a varios títulos han tenido contacto con la vida y las actividades del Centro [Aletti]. El 23 de junio de 2023, el Visitador presentó el informe final”.
Tras constatar el visitador que “en el seno del Centro Aletti hay una vida comunitaria saludable sin problemas críticos particulares”, y que la salida de los sacerdotes de la Compañía de Jesús ha obligado algunas modificaciones a los estatutos, la nota declara que “según la petición explícita formulada en el decreto de nombramiento, teniendo en cuenta las repercusiones sobre la vida de la Asociación, el Visitador también examinó diligentemente las principales acusaciones que se formularon contra el P. Rupnik, especialmente la que motivó la solicitud de excomunión. A partir del abundante material documental estudiado, el Visitador pudo encontrar y por tanto denunciar procedimientos gravemente anómalos cuyo examen generó también dudas fundadas sobre la propia solicitud de excomunión. Considerando la gravedad de estos hallazgos, el cardenal vicario ha remitido el informe a las autoridades competentes”.
Afirma entonces la diócesis de Roma que la solicitud de excomunión, pena que finalmente fue decretada contra el P. Rupnik y muy poco tiempo después extrañamente levantada, es merecedora de “dudas fundadas”, pero no especifica cuáles o de qué tipo son esas dudas, levantando ahora y también una seria ‘duda’ sobre todo un procedimiento de un dicasterio romano, que determinó una penalidad de las más graves que se pueden decretar.
Al tiempo que analistas ya critican que un ordinario determine valoraciones sobre un procedimiento de una congregación romana que solo le incumbe a ella, pues es solo el dicasterio para la doctrina de la fe el competente en caso de estos abusos, la pregunta que se levanta es si el sacerdote canonista visitador entre el ‘abundante material documental estudiado” incluyó relaciones de entrevistas con las diversas víctimas que en los últimos meses se han pronunciado, también vía medios de comunicación, declarando haber sido abusadas por el sacerdote esloveno.
“Estoy en shock, como todas las víctimas de Rupnik. El Papa no ha nunca considerado a las víctimas. Pero está muy interesado en el dinero y el poder del Centro Aletti”, ha declarado a La Nuova Bussola Quotidiana una de las que se declara víctima del ex jesuita. De hecho, expresa La Nuova Bussola, algunas de las ex religiosas de la comunidad Loyola, donde se afirma el sacerdote abusó de varias religiosas, se dirigieron “al Papa en persona ya en el verano del 2021, enviándole cartas; ninguna respuesta desde arriba”.
Son varios ya los que reclaman abandonar las vías administrativas con relación a las diversas acusaciones contra el P. Rupnik, y realizar un proceso judicial regular canónico, que sería el único propio a ofrecer verdadera objetividad y justicia.
Si el sacerdote es inocente, no debería temerlo.
Mientras tanto, las hipotéticas y variadas víctimas – cuyos detallados y verosímiles relatos han inundado los canales mediáticos en los pasado meses – podrán seguir alegando con razón no solo que se cubren sus afectaciones con el manto de la impunidad, sino que así se las re-victimiza, lanzando de esta forma un pesado manto de duda sobre toda la transparencia y la lucha contra el abuso al interior de la Iglesia.
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