¿Espíritu Santo sin Cristo?: sobre ese tema versó el análisis del P. Imbelli para Settimo Cielo.
Redacción (12/07/2023 12:16, Gaudium Press) En su difundido Blog Settimo Cielo, vehiculado en el diario italiano L’Espresso, el vaticanista Sandro Magister reproduce una “crítica teológica a las directrices del Sínodo sobre la sinodalidad”, de autoría del P. Robert P. Imbelli, sacerdote de la arquidiócesis de Nueva York y profesor de teología en el famoso Boston College.
El Padre Imbelli escribió ese análisis, corto, para Séptimo Cielo y apunta específicamente a un vacío cristológico del mismo, relacionado con la metodología que se predica para el sínodo de “conversación en el Espíritu”.
Las críticas del sacerdote son solo unas de varias, de las expresadas hacia el documento de trabajo del sínodo de la sinodalidad.
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Se basa para su análisis Imbelli en los escritos del Cardenal y teólogo dominico Yves Congar sobre el Espíritu Santo, los cuales resume en la siguiente frase: “Si tuviera que extraer una conclusión de toda mi obra sobre el Espíritu Santo, la expresaría con estas palabras: no hay cristología sin pneumatología ni pneumatología sin cristología”.
En la historia cristiana “El Espíritu muestra algo que es nuevo, en la novedad de la historia y en la variedad de las culturas, pero es algo nuevo que proviene de la plenitud que ha sido dada de una vez por todas por Dios en Cristo”, afirma Congar.
“Sin embargo, cuando se lee el extenso y difuso ‘Instrumentum laboris’, que guiará las labores del Sínodo, llama la atención la visión cristológica más bien pálida que se expone en el documento”, expresa el P. Imbellli.
El teólogo Imbelli no deja de apuntar que “se pueden extraer elementos importantes de sus páginas”.
Para ‘conversar en el Espíritu’ es fundamental ser primero cristiano
“Pero estos elementos – continúa – nunca se reúnen en un todo coherente y desafiante. Al igual que la necesidad, a menudo expresada en textos magisteriales recientes, de una ‘antropología integral’, aquí se pierde la presencia de una ‘cristología integral’. En realidad, como enseña la ‘Gaudium et spes’, una antropología integral debe basarse en una cristología integral. Lamentablemente, en el Instrumentum faltan dimensiones cruciales de la cristología. Hay escasa referencia al ‘misterio pascual’ de Cristo, un concepto tan importante en el Vaticano II. De hecho, no hay ni siquiera una mención a la Cruz, por lo que uno comienza a temer que ella está entre los “marginados” que deplora el Instrumentum”.
Sin embargo, apunta el profesor del Boston College, “sólo en Cristo se puede realizar la unidad verdadera y duradera”.
“Sólo una amplia convicción cristológica puede proporcionar una orientación y una guía fiables para las ‘conversaciones en el Espíritu”, afirma el teólogo Imbelli. De hecho, tales ‘conversaciones en el Espíritu’ requieren criterios de autenticidad, pruebas para la validez de su discernimiento. Congar sólo se hace eco del Nuevo Testamento y de los Padres de la Iglesia cuando escribe: ‘Jesucristo es para el cristiano la medida y el criterio para el discernimiento de los espíritus’”.
“La condición de cualquier ‘reconfiguración pneumatológica’ para la Iglesia es que ésta se ‘configure’ con su cabeza y se ‘transfigure’ cada vez más en él. Como insiste Congar: ‘No hay autonomía de la experiencia pneumática con respecto al Verbo y, por tanto, con respecto a Cristo. Proclamar que ‘Jesús es el Señor’ es un criterio que el Espíritu actúa’ ”.
“Quizás, entonces, la verdadera necesidad del proceso y del camino sinodal sea menos de ‘facilitadores’ que de ‘mistagogos’”, finaliza el P. Imbelli, señalando la necesidad de siempre profundizar y proclamar el misterio de Cristo.
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