La conmovedora historia de Teresita fue dada a conocer por el P. Ángel Camino, vicario en Madrid.
Madrid (09/03/2021 12:28, Gaudium Press) El alma humana es naturalmente cristiana (Anima Naturaliter Christiana) decía Tertuliano, pero podría haber especificado un tanto diciendo que es el alma inocente la que va al cristianismo como una mano a su guante.
Alma inocente y cristiana como la de Teresita, la niña de 8 años con cáncer que falleció el pasado domingo en Madrid, siendo ya misionera.
La Historia
El pasado 11 de febrero había sido visitada en su lecho de dolor por el sacerdote agustino Ángel Camino Lamela, Vicario Episcopal de la 8va. Vicaría. Al día siguiente Teresita sería operada de un grave tumor en su cabeza.
“Un vendaje blanco rodeaba toda su cabeza, pero tenía la cara suficientemente descubierta como para percibir un rostro verdaderamente brillante y excepcional” cuenta el padre, en una relación de hechos que hace a los sacerdotes de su vicaría.
– Me traes a Jesús, ¿verdad?, le dice la niña.
– Sí te traigo a Jesús y la fuerza del Espíritu Santo con la unción, responde el P. Camino.
– ¿Sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús.
Interviene entonces la Madre: – Dile a Ángel lo que quieres ser.
– ¿Se lo digo de verdad?
– Tú verás.
– Yo quiero ser misionera.
“Me impacta tanto su respuesta –cuenta el presbítero, totalmente inesperada para mí, que cogiendo fuerzas de dónde no tenía, por la emoción que me produjo su respuesta, que le digo: ‘Teresita, yo te constituyo ahora mismo misionera de la Iglesia, y esta tarde te traeré el documento que lo acredita y la cruz de la misionera’”.
El cura le administra la unción de los enfermos, le da la comunión y la bendición apostólica. La presencia sobrenatural se percibe con facilidad, se acercan algunas personas, toman fotos.
El sacerdote cumple cabalmente su promesa y esa misma tarde le lleva a la niña un precioso pergamino y su cruz de misionera. La niña se emociona; la madre la consuela.
– Esa cruz pónmela en la barra para que la vea bien, y mañana la llevo al quirófano, dice Teresita. ¡Ya soy misionera! Entonces, P. Ángel, ¿soy misionera?
– Tú eres misionera.
Pero ya la historia de Teresita tenía rasgos sublimes que empiezan a circular de boca en boca y por el ciberespacio.
Por eso, al día siguiente, el Delegado Nacional de Misiones de España llama al P. Ángel, le pregunta por el caso, y le cuenta que espontáneamente había sido Teresita constituida como protectora de los niños en misión.
Teresita finalmente falleció el pasado domingo y fue velada en el Tanatorio de El Escorial. El Cardenal Arzobispo Osoro se hizo presente, tuvo palabras de afecto cristiano para los padres, y dio a Teresita bendición de cuerpo presente.
Pero la historia no termina ahí.
Estando en el Tanatorio una tía de Teresita se acerca al P. Ángel con un audio que ella le había enviado cuando había sido constituida misionera. “Hola tía, te cuento una cosa muy importante para mí, esta mañana después de recibir la Unción y la comunión, el Vicario de Madrid me ha constituido misionera: ¡ya soy misionera!”. Su alegría quería comunicarla a todos, y circulaba como suave bálsamo. El P. Camino tuvo que contenerse.
Fue enterrada ayer. Pero desde la eternidad, Teresita ciertamente ejercerá de forma eximia su patronazgo sobre las misiones.
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