El lunes por la tarde, a las 17.30 horas, alrededor de 100 personas designadas para el cónclave – clérigos y laicos – prestaron juramento en la Capilla Paulina, en el Palacio Apostólico, de acuerdo con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Redacción (06/05/2025 12:39, Gaudium Press) El juramento prestado por todos los presentes – clérigos y laicos – fue pronunciado ante el cardenal Kevin Joseph Farrell, Carmelengo de la Santa Iglesia Romana, y los tres cardenales asistentes. Después de ser instruidos en el significado del juramento, todos pronunciaron y firmaron personalmente la fórmula prescrita:
Prometo y juro guardar absoluto secreto con cualquiera que no sea miembro del Colegio de Cardenales electores, y esto a perpetuidad, a menos que reciba una facultad especial expresamente otorgada por el nuevo Pontífice electo o por sus Sucesores, respecto a todo lo que concierna directa o indirectamente a la votación y al escrutinio para la elección del Sumo Pontífice.
El juramento fue prestado por “todos aquellos que desempeñarán funciones en el próximo Cónclave, tanto eclesiásticos como laicos: el secretario del Colegio Cardenalicio, el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, siete maestros de ceremonias pontificias, el clérigo elegido por el cardenal que preside el cónclave para asistirlo (el cardenal Pietro Parolin), dos religiosos agustinos asignados a la sacristía papal, el equipo religioso de diferentes idiomas para las confesiones, los médicos y enfermeras, los ascensoristas del Palacio Apostólico, el equipo encargado del refectorio y de los servicios de limpieza, así como el equipo responsable del mantenimiento de las instalaciones, el personal de floristería y de servicios técnicos, el equipo encargado del transporte de los electores desde la Casa Santa Marta hasta el Palacio Apostólico, el coronel y un mayor de la Guardia Suiza Pontificia asignados para custodiar el área alrededor de la Capilla Sixtina, el Director de los Servicios de Seguridad y Protección Civil del Estado de la Ciudad del Vaticano, así como algunos de sus colaboradores”. Aquellos que rompen el juramento de secreto corren el riesgo de ser excomulgados latae sententiae.
Secreto y silencio
Durante el cónclave, los cardenales no deben tener contacto con el mundo exterior. Tampoco podrán utilizar teléfonos móviles, ya que la señal de telefonía móvil se cortará a partir de las 15.00 horas del miércoles 7 de mayo y sólo se restablecerá una vez que se anuncie la elección del Papa. Los cardenales tampoco podrán ver a nadie más que a sus pares electorales.
La atención al detalle llega hasta el punto de aislar el recorrido que realizarán a pie entre la residencia de Santa Marta y la Capilla Sixtina, incluyendo los pasillos del Palacio Apostólico. El único lugar donde los electores podrán debatir adecuadamente será en la Casa Santa Marta, donde podrán instalarse desde la tarde de hoy martes 6 de mayo, después de la última Congregación General, hasta la mañana del miércoles, antes de la Misa de elección del Pontífice, y donde se han sorteado las habitaciones que les serán asignadas.
Con información de Vatican News
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