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Las declaraciones del Papa a AP sobre el Caso Rupnik no acallan los muchos interrogantes que aún subsisten.
Foto referencia: Francisco en audiencia general en el 2015
Redacción (26/01/2023 11:20, Gaudium Press) Después de las declaraciones del Papa Francisco a Associated Press sobre el caso Rupnik, afirmando que no tuvo nada que ver con las decisiones tomadas por la Congregación de la Doctrina de la Fe (hoy Dicasterio) con relación al sacerdote ex-excomulgado (“Fue una sorpresa para mí, la verdad”, expresó el Pontífice), algunos llegan a preguntarse si el Cardenal Ladaria prefecto de ese organismo se habrá vuelto ‘esquizofrénico’; esto por los datos que más recientemente se han conocido en todo el asunto del jesuita acusado de abusador de religiosas.
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Las nuevas precisiones
Por ejemplo, y de acuerdo a diversas fuentes, ya se conoce cuál es el número de la carta protocolar (también número del proceso) con la que la Congregación para la Doctrina de la Fe notificó la excomunión de Rupnik por absolución de cómplice en mayo de 2020: la n. Prot. 685/2019, firmada por el Cardenal Prefecto Ladaria y por el arzobispo americano Joseph Augustine Di Noia, secretario adjunto de la Congregación. No obstante, no había pasado un mes de esta censura, cuando la excomunión fue levantada, por –si no fue el Papa– el único que podía hacerlo, el Cardenal Ladaria. “Tal vez Ladaria en versión Dr. Jekyll y Mr. Hyde?”, se pregunta irónicamente La Nuova Bussola Quotidiana, aludiendo a la conocida historia de R. L. Stevenson de un hombre de dos personalidades.
Pero hay más.
Las autoridades que tenían el poder para tal, no solo levantaron a la velocidad del rayo la excomunión al jesuita, sino que declararon la prescripción de los hechos investigados desechando un pedido de la propia Compañía de Jesús tras las indagaciones, en el sentido de reducir al P. Rupnik al estado laical –es decir, quitarle el estatus de sacerdote–, según afirma el periodista Marco Tosatti en su visitado blog Stilum Curiae. De hecho, no faltan otros, como el reconocido pensador católico italiano Aldo Maria Valli, que llegan a afirmar que “no creemos que las cosas hayan sucedido de esa manera” sin conocimiento del Pontífice, sino que “sabemos, por fuentes ciertas, que el Papa ha sido el director de todo este escandaloso y sórdido asunto”, refiriéndose a los resultados de los procesos en el dicasterio de la Doctrina.
Lo cierto es que ahí están lo que más debe importar, las supuestas pero muy creíbles víctimas -según el decir del Obispo Libanori, reclamando ser escuchadas y reparadas, personas como ‘Anna’, ex religiosa de la Comunidad Loyola, que afirma haber rendido testimonio de los múltiples abusos sufridos de parte del P. Rupnik ante el Dicasterio de la Doctrina de la Fe en diciembre de 2021, testimonio que no fue valorado sustantivamente, pues el proceso cayó por prescripción. En declaraciones a Domani ‘Anna’ asegura que ella supo de al menos 20 religiosas o ex religiosas abusadas por el jesuita.
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En la entrevista con Associated Press el Papa afirmó que cuando los casos incluyen a menores, su decisión es siempre levantar las prescripciones, algo que también ocurriría cuando los supuestos abusos incluyen a adultos vulnerables. ¿Estas religiosas, al menos una de ellas ‘Klara’ tomando contacto con el jesuita Rupnik aún siendo menor de edad, no merecen ser incluidas en esa categoría de adultos vulnerables, dada la situación propia de sumisión y obediencia a que estaban sujetas en su comunidad religiosa? Es más que probable que las declaraciones del Pontífice a AP susciten nuevas reacciones de las supuestas víctimas. (SCM)
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