Todo ocurrió en la Navidad de 2013.
Redacción (19/12/2024 10:57, Gaudium Press) No es tan conocida la historia del milagro eucarístico de Legnica, ocurrido en el 2013, del que pasamos a hacer una reseña.
Ocurrió que “en la Navidad de 2013 una hostia consagrada cayó al suelo durante la distribución de la Santa Comunión y después esta hostia fue colocada en agua. Luego de 10 días se descubrió que había una mancha roja en ella”, contó a EWTN el P. Andrzej Ziombra, párroco de san Jacinto, en Legnica – Polonia.
Los primeros científicos que analizaron la mancha no encontraron explicación plausible. Pero después “en una investigación histopatológica detallada, se encontró un fragmento del músculo cardíaco en agonía bajo el microscopio”: no solo era tejido cardiaco, sino que este indicaba sufrimiento.
Informado el Obispo, Mons. Cichy, se creó una comisión que supervisaría todo el proceso con la hostia.
En febrero de 2014, se hicieron pruebas sobre algunos fragmentos.
El Departamento de Medicina Forense confirmó que el tejido era de origen humano, y con señales de sufrimiento. “En la imagen histopatológica, se encontró que los fragmentos contienen partes fragmentadas del músculo estriado transversal. Es más similar al músculo del corazón”.
Eran ya dos años después, 17 de abril de 2016, con un nuevo obispo, Mons. Zbigniew Kiernikowski, cuando se aprobó la veneración de esta hostia que sangró. La diócesis afirmaba que “tiene las características distintivas de un milagro eucarístico”.
Finalmente la Congregación de la Doctrina de la Fe daría la aprobación definitiva. El obispo recomendaba al párroco “preparar un lugar adecuado para las Reliquias, de tal forma que los fieles puedan venerarlas”.
Lugar de peregrinación y de conversiones
El P. Ziombra expresa que personas ajenas a la fe han “cambiado radicalmente su vida, su actitud hacia Dios y se han convertido en creyentes muy apasionados”. “Hay una persona en nuestra parroquia que ha sido hostil a la Iglesia toda su vida e incluso luchó contra ella. Quien también cometió varios delitos. De manera inexplicable y extraordinaria llegó a casa, quiero decir que Dios lo convirtió y después de 50 años se confesó y recibió su primera Comunión. Y de hecho, cambió radicalmente su vida, su actitud hacia Dios, y se convirtió en un ferviente creyente”, narró el sacerdote.
El milagro se inicia con la caída de una hostia al suelo. Probablemente sea un aviso del cielo, sobre el cuidado que debemos tener con el cuerpo eucarístico del Señor, por ejemplo con el uso de patenas.
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