jueves, 22 de mayo de 2025
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Una ‘radiografía’ completa del Papa Prevost, de cuando era obispo en Chiclayo

Las impresiones se confirman: amabilidad, firmeza, sensibilidad litúrgica, vida de oración, etc.

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Mons. Prevost, con casulla de listón rojo, junto a obispo en Perú – Foto: Vatican News

Redacción (21/05/2025, Gaudium Press) Apenas producida la elección del nuevo Pontífice, los ojos y reflectores del mundo empezaron a dirigirse a su pasado, por ejemplo a obtener declaraciones de sus hermanos, sobre cómo era el de chico, sus gustos, sus máximas, o cualquier cosa que pudiera revelar algo de la personalidad del nuevo Papa norteamericano.

También muchos reflectores se han dirigido a Chiclayo, en Perú, donde el Papa Prevost fue obispo durante más de 7 años, desde el 26 de septiembre de 2015 hasta el 30 de enero de 2023, aunque antes ya había sido su administrador apostólico.

La mayoría de nosotros no conocía nada de él cuando llegó; él llegó en noviembre de 2014 como administrador apostólico”, recuerda el P. Jorge Millán, de la diócesis de Chiclayo, en declaraciones a The Pillar.

El hoy Papa hizo al padre Millán párroco de la Catedral.

Era un hombre muy abierto, muy accesible, no había muros entre él y sus sacerdotes, todos podíamos llamarlo para hablar con él o enviarle un mensaje, era muy cercano a todos nosotros”, añade.

Esto es algo que repite el P. José Luis Zamora, antiguo rector del Seminario de Chiclayo: “Siempre contestaba el teléfono, y si no podía hablar contigo, te devolvía la llamada en cuanto tenía tiempo libre. Más de una vez, si había una emergencia, contestaba el teléfono, incluso a medianoche”. “Incluso recuerdo que, en cierta ocasión, un sacerdote tuvo un accidente en plena noche en una zona rural, y de inmediato fue a ver cómo podía ayudar”, añade el ex rector.

Una herencia respetada y enriquecida

La situación e historia de la diócesis de Chiclayo es particular.

Al norte del Perú, fue creada en 1956. Tras la muerte de su primer obispo en 1968, este fue sucedido por Mons. Ignacio Obergozo, un español del Opus Dei, que a su vez fue sucedido por Mons. Jesús Moliné, miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, también vinculada al Opus Dei, por lo que durante 45 años, prelados vinculados a la Obra, considerada conservadora, gobernaron esa jurisdicción. En ese tiempo, se estableció un seminario, una universidad católica, el número de parroquias se dobló, y la labor de la Iglesia creció notadamente.

Cuando llegó el obispo Prevost, en sentido contrario a cualquier recelo que pudiera existir, él abrazó las instituciones y el clero que le fue heredado, trabajando bien con todos, “fueran conservadores o no”, según expresa The Pillar.

Siempre estuvo muy abierto a trabajar con todos, con nosotros los sacerdotes del Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, con todas las congregaciones religiosas de la diócesis, que tienen sensibilidades diferentes, trabajaba con todos”, afirma el padre Millán.

Los relatos que llegan de Chiclayo, también se refieren a las posiciones doctrinales de León XIV:

Siempre mostró un gran respeto por la doctrina, por las enseñanzas morales católicas y por la doctrina social de la Iglesia. Nunca vi nada negativo que destacara, jamás fue ambiguo”, afirma el P. Zamora. “En cuestiones doctrinales, siempre se caracterizó por una gran caridad y una gran claridad”, añadió.

Era muy abierto, hablaba con todos, recibía a todos, pero era muy claro en cuestiones doctrinales. Hablé a menudo con él sobre estos temas y era muy claro”, declaró el padre Millán a The Pillar.

Construir sobre lo construído

Llegó a la diócesis para profundizar en lo ya hecho, sin hacer cambios radicales. Vino con la intención de conocer el trabajo que veníamos haciendo y, poco a poco, le fue dando su toque personal, pero nunca vino con prejuicios por ser ‘conservadores’; al contrario, siempre confió en nosotros”, expresa el padre Millán.

Por su parte Érika Valdivieso, quien dirigió el Instituto de la Familia en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo en Chiclayo, ratifica la condición de dialogante del Obispo Prevost, pero también su defensa de la familia tradicional:

Siempre estuvo muy interesado en el trabajo que hacíamos, siempre nos animó a trabajar en políticas públicas a favor de la familia y a promover un mensaje pastoral y académico en defensa de la familia”, dice.

Como obispo, siempre fue muy fiel a la doctrina social de la Iglesia; nos llamaba a proteger y cuidar a la familia, pero siempre con caridad. Nunca lo oí usar palabras hirientes, aunque era muy claro con la doctrina de la Iglesia. Veía a todos como hijos de Dios, pero siempre hablaba con mucha claridad en asuntos doctrinales”.

El obispo Prevost también recogió la buena herencia que había recibido en el seminario:

Siempre animaba las vocaciones en los grupos juveniles cuando visitaba el seminario. Era un hombre ocupado, pero iba al seminario siempre que los chicos lo invitaban. Recuerdo que iba al torneo de fútbol a ver los partidos; siempre celebraba la misa en los dos grandes eventos de recaudación de fondos del seminario e invitaba a la gente a ir”, cuenta el padre Millán.

Pero también, y esto ayuda a confirma la impresión de un hombre “completo” que tanto está circulando, el entonces obispo Prevost evidenció en su paso por Chiclayo sus cualidades de buen administrador y líder:

Era simplemente un hombre que te dejaba hacer tu trabajo. Nunca venía con consignas ni imposiciones. La única petición directa que me hizo en ocho años fue rezar el breviario con el pueblo en la catedral, así que empezamos a rezar las laudes y las vísperas con el pueblo y él siempre nos acompañaba”, dijo el padre Millán.

Érika Valdivieso describe al Papa como alguien que sabía escuchar y un líder que confiaba en su equipo:

Como Gran Canciller de la universidad, participaba en decisiones importantes, pero nos dejaba hacer nuestro trabajo. Nos daba directrices, pero confiaba en nosotros y siempre nos recordaba que el trabajo científico de una universidad católica, en definitiva, es la búsqueda de la verdad, por lo que así se combina muy bien lo intelectual y lo pastoral”, dijo.

Siempre ha combinado ser un buen administrador y tomar decisiones con serenidad desde su despacho, con ser un obispo amable y atento que se preocupa por su rebaño. Es un gran administrador”, expresa el padre Millán. “Yo lo definiría como un hombre equilibrado”.

El P. Bernardino Gil, antiguo vicario general de Chiclayo, ratifica impresiones y revela facetas nuevas del hoy Papa Prevost:

Era un hombre muy paciente, actuaba con rapidez y sin prisas”, declaró el padre Gil a The Pillar.

También era muy amable y generoso… Tenía una gran capacidad para hacer amigos”, añade.

Sobre su preocupación con los migrantes, solo un ejemplo de su amplio celo caritativo, el padre Millán relata que “siempre nos pidió que nos encargáramos de Cáritas en la diócesis. Cuando la situación en Venezuela empeoró, él estaba al frente de Cáritas, desarrollando proyectos para atender a los refugiados venezolanos”.

La misa más grande de la diócesis es la del Corpus Christi, que celebramos en el estadio más grande de la ciudad, con capacidad para 10.000 personas, y estaba abarrotado. Un año, pidió que la recaudación de esa misa se destinara a proyectos con refugiados venezolanos, y lo dijo públicamente, y los fieles fueron muy generosos y muy felices de ayudar”, añadió el padre Millán.

Muchas actividades, que no comprometían sino que surgen de su vida espiritual:

Tenía una vida de oración muy disciplinada. Siempre rezaba por la mañana al despertarse en su capilla y luego iba a la catedral para el rezo de laudes. Después del desayuno, se ponía a trabajar y solíamos rezar juntos el rosario alrededor del mediodía”, dice el P. Millán.

Me resultó muy interesante que le gustara celebrar la misa por la noche, a las ocho de la noche, porque tenía la mente despejada y estaba más tranquilo pues no tenía trabajo en la cabeza. Después de la misa, tenía otro momento de oración y luego cenaba”, añade.

Cuidado en la liturgia

Aunque en ocasiones la temperatura sube bastante en Chiclayo, lugar con elevada humedad, el padre Millán nunca lo vio celebrar sin casulla por el calor:

Siempre iba correctamente vestido… siempre le poníamos un abanico cerca para que no pasara demasiado calor”, añadió el sacerdote.

El padre Millán comentó una corrección fraterna que recibió del obispo, que demostraba su sensibilidad litúrgica.

En la catedral, desde hace muchos años, tenemos la costumbre de tener confesiones siempre disponibles mientras la catedral esté abierta. Como párroco, yo solía estar a menudo en el confesionario, pero a veces tenía que salir a conversar con la gente o a hacer cosas relacionadas con la parroquia, así que solía confesar con estola, pero no con alba. Una vez me vio así y me dijo que, por favor, siempre usara tanto el alba como la estola para confesar”.

Incluso como obispo, Monseñor Prevost intentaba estar disponible en el confesionario.

Solía ayudarnos con las confesiones en la catedral cuando había grandes necesidades, como justo antes de Semana Santa o Navidad, pero siempre entraba al confesionario sin que nadie se diera cuenta, así que nadie sabía que era él”, dijo el padre Millán.

Cuando había confirmaciones o alguna fiesta patronal en zonas rurales, a veces en la montaña, solía ir el día anterior a ayudar al sacerdote que estaba allí con las confesiones, y siempre tenía todo lo necesario para celebrar la misa con dignidad; siempre cuidaba bien de estos detalles”, añade. Esa sensibilidad litúrgica tradicional del Papa que a algunos ha sorprendido, no ha sido sorpresa para los sacerdotes de su antigua diócesis.

En fin, un hombre que construye puentes, con celo apostólico:

Creo que las grandes virtudes que destacaban en él eran su gran humildad y sencillez. Era uno más de nosotros. Y fue un gran misionero; siempre quiso llegar a quienes no conocían a Jesús o a quienes, conociéndolo, necesitaban aprender doctrina”, dice el padre Zamora.

Era una presencia tranquilizadora, y siempre supo liderar apoyándose en sus sacerdotes”, dice a su vez el padre Millán. “Nunca impuso una forma de trabajar, simplemente respetó lo que hacíamos”.

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