La Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció ayer, 6 de septiembre, que el arzobispo Waldemar Stanislaw Sommertag, ex nuncio apostólico en Nicaragua, expulsado del país por la dictadura de Daniel Ortega, será enviado a África.
Redacción (07/09/2022 12:45, Gaudium Press) El prelado fue expulsado de Nicaragua el 6 de marzo. El 9 de marzo, la Conferencia Episcopal de Nicaragua emitió un comunicado confirmando su partida a Roma. En nueva misión, el Arzobispo Sommertag, será ahora Nuncio Apostólico en Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania.
Refiriéndose a la “acreditación del nuncio ante el Gobierno de Nicaragua”, los obispos del país señalaron que “este asunto es competencia bilateral exclusiva de la Santa Sede y el Gobierno de Nicaragua, por lo que esta Conferencia Episcopal, por deferencia y respeto a los procedimientos de la Santa Sede, se abstiene de pronunciarse sobre este asunto”.
El 11 de marzo, la Santa Sede emitió un comunicado de prensa luego de que el gobierno de Ortega retirara su aceptación del arzobispo Sommertag como representante del Papa, cargo que ocupaba en Managua desde 2018.
La Santa Sede explicó que recibió “con sorpresa y dolor la comunicación de que el gobierno de Nicaragua ha decidido retirar su consentimiento” para que el arzobispo Sommertag sea el nuncio, “obligándolo a abandonar el país inmediatamente después de notificarle la medida”.
El Arzobispo Sommertag fue nombrado Nuncio Apostólico en Nicaragua el 15 de febrero de 2018, cuando el país atravesaba una grave crisis social y política que derivó en grandes manifestaciones antigubernamentales. El gobierno de Ortega respondió atacando con fuerza a los manifestantes en varias ciudades, incluida Managua, la capital. Más de 300 personas murieron en la represión, según grupos locales de derechos humanos.
El nuncio participó como testigo en la segunda etapa de conversaciones entre gobierno y oposición, realizada en 2019, pero sin resultados. Las relaciones entre el gobierno y los obispos católicos se tornaron tensas después de las protestas de 2018. Ortega acusó a los obispos de estar involucrados en complots para expulsarlo y los llamó “demonios en sotana” y “terroristas”.
Con información de CNA.
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