Algunos afirmaron que el decreto no era respetuoso con la objeción de conciencia.
Redacción (18/02/2021 16:29, Gaudium Press) En un decreto con algunos apartes que sorprendieron a muchos, el Estado vaticano había dictaminado en días pasados que el empleado que no se vacunase podría perder en última instancia su empleo, pues estaría infringiendo disposiciones previas sobre derechos y deberes de los trabajadores.
Para algunos analistas la disposición no respetaba las legítimas objeciones de conciencia que podían esgrimir algunos, como por ejemplo una delicada sensibilidad a recibir vacunas que tuvieran como origen líneas celulares de bebés abortados, o su temor de que una vacuna desarrollada en tiempo récord pudiera tener efectividad y efectos secundarios aún por establecer.
Hoy la Comisión Pontificia del Estado vaticano matizó sus disposiciones anteriores afirmando que “la seguridad de la comunidad puede prever, para quienes se nieguen a la vacunación por falta de motivos de salud, la adopción de medidas que por un lado minimicen el peligro en cuestión y por otro permitan buscar soluciones alternativas para la realización de la obra por parte del interesado”.
Insiste sin embargo el Vaticano que no vacunarse “puede constituir un riesgo para él, para los demás y para su entorno laboral”.
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