jueves, 30 de enero de 2025
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Vaticano no le echa incienso a la Inteligencia Artificial: publicado documento

La nota aparecida hoy, Antiqua et Nova, sobre la IA, parece tener como subtítulo la palabra “Cuidado”.

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Foto: Markus Winkler en Unplash

Redacción (28/01/2025 12:08, Gaudium Press) El Vaticano ha publicado una nota sobre Inteligencia Artificial, que ya está dando la vuelta por el mundo entero. Más exactamente, la nota tiene origen en el dicasterio de la Doctrina de la Fe y el Dicasterio para la Cultura y la Educación.

Su nombre Antiqua et nova, proviene de un pasaje del evangelio de Mateo en el que “Jesús dice que los maestros de la Ley que han aprendido sobre el reino de los cielos son como los dueños de una casa que sacan tesoros nuevos y viejos de lo que tienen guardado”. Este entrecomillado fue producido por Gemini, inteligencia artificial de Google, algo relacionado con el tema de esta nota que es justamente sobre la IA y más específicamente acerca de la “relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana”.

Pero ya que en el mundo entero normalmente se le está ofreciendo incienso a los desarrollos en Inteligencia Artificial, (incienso y dólares, no es sino ver que casi en uno de sus primeros actos de gobierno Trump anunció una inversión de 500.000.000.000 dólares), el Vaticano parece empeñado en advertir los no pequeños riesgos y peligros en todos estos caminos.

“Existe un amplio consenso en que la IA marca una nueva y significativa fase en la relación de la humanidad con la tecnología, situándose en el centro de lo que el Papa Francisco ha descrito como un ‘cambio de época’. Su influencia se hace sentir a nivel global en una amplia gama de sectores”, reza el punto 4 del documento.

Entretanto es claro que, por ejemplo, todo el potencial de la IA podría aumentar las capacidades de la guerra “mucho más allá del alcance del control humano”, acelerando “una carrera armamentística desestabilizadora con consecuencias devastadoras para los derechos humanos”.

Es un producto, que puede ser orientado para el bien o para el mal

“Engañoso”, se lee, es utilizar la propia palabra ‘inteligencia’ para referirse a la IA: no es “una forma artificial de inteligencia”, sino “uno de sus productos”. Y como cualquier producto del ingenio humano, la IA también puede orientarse hacia “fines positivos o negativos”. En efecto, la inteligencia artificial puede introducir “innovaciones importantes”, pero también corre el riesgo de agravar situaciones de discriminación, pobreza, brecha digital, desigualdades sociales. Plantea “preocupaciones éticas” el hecho de que “la mayor parte del poder sobre las principales aplicaciones de la IA se concentra en manos de unas pocas empresas poderosas”, de modo que esta tecnología acaba siendo manipulada para “beneficio personal o corporativo”.

En la Guerra

En referencia a la guerra, se subraya que los sistemas de armas autónomas y letales capaces de “identificar y atacar objetivos sin intervención humana directa” son un “serio motivo de preocupación ética”. Estas tecnologías “confieren a la guerra un poder destructivo incontrolable, que afecta a muchos civiles inocentes, sin perdonar ni siquiera a los niños”, afirma Antiqua et Nova.

Relaciones humanas

En cuanto a las relaciones humanas, el documento señala que la IA puede conducir a un “aislamiento perjudicial”, que “la antropomorfización de la IA” plantea problemas para el crecimiento de los niños y que representar a la IA como una persona es “una grave violación ética” si se utiliza con fines fraudulentos. Del mismo modo que utilizar la IA para engañar en contextos como la educación, las relaciones, la sexualidad, es “poco ético y requiere una cuidadosa vigilancia”.

Economía y trabajo

La misma vigilancia se impone en el ámbito económico-financiero. En particular, en el ámbito laboral se señala que, mientras que, por un lado, la IA tiene “potencial” para aumentar las competencias y la productividad, por otro, puede “desespecializar a los trabajadores, someterlos a una vigilancia automatizada y relegarlos a funciones rígidas y repetitivas”.

En la Salud

Reconociendo el gran de diversas aplicaciones en el ámbito médico, se advierte de que si la IA llegara a sustituir la relación médico-paciente, se correría el riesgo de “empeorar” la soledad que suele acompañar a la enfermedad.

En la Educación

También se destacan los riesgos en el ámbito de la educación. Si se utiliza con prudencia, la IA puede mejorar el acceso a la educación y ofrecer “información inmediata” a los estudiantes.

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Foto: Andrea de Santis / Unplash

El problema es que muchos programas “se limitan a proporcionar respuestas en lugar de empujar a los estudiantes a encontrarlas por sí mismos, o a escribir textos por sí mismos”; lo que conduce a un fracaso en el desarrollo del pensamiento crítico. Por no hablar de la cantidad de “información distorsionada o fabricada” y de “noticias falsas” que pueden generar algunos programas.

Fake News y Deepfake

Sobre las fake news, el documento advierte del grave riesgo de que la IA “genere contenidos manipulados e información falsa”, que luego se difunde para “engañar o hacer daño”. El llamamiento es a “tener siempre cuidado de comprobar la veracidad” de lo que se divulga y evitar, en cualquier caso, “compartir palabras e imágenes que degraden al ser humano”, excluyendo “lo que alimenta el odio y la intolerancia” o envilece “la intimidad de la sexualidad humana”.

Intimidad y control

Sobre la privacidad y el control, la Nota señala que ciertos tipos de datos pueden llegar a tocar “incluso la propia conciencia”, con el peligro de que todo se convierta en “una especie de espectáculo que puede ser espiado”. “La vigilancia digital puede utilizarse para ejercer un control sobre la vida de los creyentes y la expresión de su fe”.

La relación con Dios

Por último, la Nota advierte del riesgo de que los seres humanos se conviertan en “esclavos de su propia creación”. De ahí la recomendación: “La IA sólo debe utilizarse como herramienta complementaria de la inteligencia humana y no sustituir su riqueza”.

Con información de Vatican News.

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