Zaqueo buscó la mirada de Jesús y recobró su dignidad, dijo el Papa

En el Ángelus dominical Francisco comentó la lectura que habla del encuentro del publicano con el Señor.

Foto: Screenshot Youtube Vatican Media

Redacción (31/10/2022 11:36, Gaudium Press) En el Ángelus dominical el Papa comentó el evangelio del día, que trata de la manifestación de la conversión de Zaqueo.

Zaqueo era “jefe de publicanos”, es decir, los detestados recaudadores de impuestos. No lograba ver al Señor que estaba rodeado por un gentío, además que él era bajo de estatura. Entonces, y movido por su fe, se subió a un árbol, un sicomoro, sabiendo que por ahí pasaría Jesús. El Señor no solo lo contempló sino que le ordenó bajase del árbol, que él se quedaría esa noche en su casa.

Zaqueo, ya en su casa con Cristo, ofreció dar buena parte de sus bienes en penitencia por sus faltas y Cristo le anunció que había entrado la salvación a su hogar. La gente hablaba mal, diciendo que por qué el Señor se hospedaba con un pecador.

Un resumen de la historia de la salvación

“Zaqueo, en su bajeza, siente la necesidad de buscar otra mirada, la de Cristo. Todavía no lo conoce, pero espera que alguien lo libere de su condición, que lo saque del fango en el que se encuentra”, dijo Francisco, comentando el texto.

Luego el Papa habló de lo que fue la “mirada de Jesús”.

“El Evangelio narra que «Jesús levantó la mirada y le dijo: Zaqueo, baja enseguida, porque hoy me tengo que quedar en tu casa» (v. 5). Es una imagen muy hermosa, porque si Jesús tiene que levantar la mirada, significa que mira a Zaqueo desde abajo. Esta es la historia de la salvación: Dios no nos ha mirado de lo alto para humillarnos y juzgarnos; al contrario, se abajó hasta lavarnos los pies, mirándonos desde abajo y devolviéndonos la dignidad”, expresó el Pontífice.

“Así, el cruce de miradas entre Zaqueo y Jesús parece resumir toda la historia de la salvación: la humanidad con sus miserias busca la redención, pero ante todo Dios con misericordia busca a su criatura para salvarla”, dijo.

A veces nos sentimos personas de ‘baja estatura’, no estar a la altura de los desafíos de la vida, ni las exigencias del Evangelio. Podemos sentirnos sumidos en problemas y pecados. Pero en esas circunstancias, si acogemos a Jesús, él viene a nuestra casa.

“¿Cuándo nos sentimos abatidos, buscamos un encuentro con Jesús?” se preguntó el Papa, para luego indagar: “¿qué mirada tenemos hacia los que se han equivocado y luchan por levantarse del polvo de sus errores?”.

“Los cristianos debemos tener la mirada de Cristo – dijo Francisco, que abraza desde abajo, que busca a quien está perdido, con compasión. Esta es, y debe ser, la mirada de la Iglesia, siempre, la mirada de Cristo”. Por ello, invitó a pedir a la Virgen María, de la cual el Señor ha visto su humildad, el don de una mirada nueva sobre nosotros y sobre los demás.

Con información de Vatican News