viernes, 03 de mayo de 2024
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No es suficiente orar por las vocaciones, hay que crear condiciones para el sacerdocio, afirmó Arzobispo argentino

Santa Fe (Miércoles, 02-05-2012, Gaudium Press) Monseñor José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, comentó el mensaje de Benedicto XVI para la Jornada de Oración por las Vocaciones de este año en una alocución radial el pasado 30 de abril. El prelado señaló que la promoción vocacional «es una responsabilidad de toda la Iglesia, no sólo de los sacerdotes sino de las familias y comunidades cristianas que deben crear las circunstancias que permitan descubrir el significado y el valor de la vocación».

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El trabajo por las vocaciones «es una responsabilidad de toda la Iglesia», señaló Mons. Arancedo.

El prelado destacó la importancia de la oración por las vocaciones sacerdotales , ya que el sacerdocio no es una elección humana, sino divina: «No estamos hablando de una profesión que elegimos, sino de la respuesta a un llamado y una misión que recibimos. Dado que la fuente de este llamado está en Dios», continuó el Arzobispo, «la oración es nuestra primera y más importante tarea».

Mons Arancedo recordó que Dios siempre suscitará vocaciones, pero afirmó que éstas deben encontrar un ambiente propicio: «Sabemos que Dios nunca va a dejar huérfano a su pueblo, por eso le pedimos e insistimos en la oración, pero sabemos, también, que al ser un llamado tiene que encontrar el suelo o el oído preparado para escucharlo».

Por este motivo, el compromiso de oración recordado por la Iglesia el pasado 29 de abril no es el único necesario. «No podemos quedarnos tranquilos porque pedimos más sacerdotes», exhortó el prelado, «sino preguntarnos si creamos esas condiciones, si valoramos para nuestros hijos y en nuestras comunidades el llamado al sacerdocio como un don de Dios, como camino de plenitud para ellos y de servicio a sus hermanos.»

«Las familias, las escuelas, las comunidades juveniles, las parroquias y movimientos han de ser ámbitos propicios para que los jóvenes puedan descubrir y responder al llamado del Señor», expresó Mons. Arancedo, en referencia a las orientaciones pastorales establecidas por la Conferencia Episcopal Argentina.

Finalmente, el Arzobispo recordó que el ejemplo coherente de vida cristiana y la entrega personal son el mejor trabajo de promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas: «nuestros jóvenes necesitan ver en nuestra palabra y testimonio el valor oblativo de la vida y la apertura generosa al amor de Dios», concluyó.

Con información de AICA.

 

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