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Santa Sede recuerda a ONU que el crecimiento de la población no es la causa de la pobreza

Nueva York (Viernes, 07-04-2017, Gaudium Press) El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Mons. Bernardito Auza, desmintió que el crecimiento de la población sea la causa de la pobreza y pidió a los gobiernos comprender que el aumento de la población «es completamente compatible con la prosperidad compartida». La idea de una «bomba poblacional» que conduciría a la ruina de las naciones y el subdesarrollo ha conducido a políticas «draconianas» de limitación de la natalidad, advirtió.

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Mons. Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas. Foto: OEA.

«El respeto por la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, incluso ante una gran amenaza en el nacimiento, debe siempre informar las políticas, especialmente cuando se refiere a la ayuda internacional», expuso Mons. Auza. Dichas ayudas «deben ser hechas disponibles de acuerdo a las prioridades de la nación receptora, y no impuestas por una voluntad del donante», según informó Crux.

Las razones de la pobreza no corresponden con una «población saludable y en crecimiento», sino con otras causas como «la corrupción, los conflictos duraderos y otros desastres hechos por el hombre». La aclaración del prelado refuta los argumentos de la llamada «bomba poblacional» de Paul R. Ehrlich, quien predijo erróneamente para 1980 una situación generalizada de hambrunas y otras graves situaciones sociales a causa del crecimiento demográfico.

A pesar de que sus predicciones probaron estar equivocadas, Ehrlich aún defiende la necesidad de tomar medidas masivas de control poblacional por parte de los gobiernos, una visión que ha marcado las agendas de numerosos países y graves restricciones a las libertades de las familias como la política de hijo único en China, recientemente alterada para admitir un segundo hijo, que fue implementada incluso a través de abortos forzados. Si bien Mons. Auza calificó «la paternidad y comportamiento sexual responsables» como «imperativos morales», el empleo de una «regulación coercitiva de la fertilidad» fue denunciado como una acción contraria a la libertad y la responsabilidad.

Con información de Crux.

 

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