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La periodista Christine Pedotti dice que sería el único gesto a la altura de la crisis sobre abusos.
Redacción (12/10/2021 11:45, Gaudium Press) Después de una semana de publicado el Informe Sauvé, junto a las precisiones que se han ido haciendo sobre las informaciones ahí contenidas, las repercusiones continúan, fuertes.
Ahora es el pedido que algunos hacen de que renuncie el pleno del episcopado francés.
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Como se recuerda, y basado en proyecciones, el informe calcula en alrededor de 300.000 víctimas de abusos sexuales en el marco de las actividades de la Iglesia en Francia entre 1950 y 2020, y entre 2.900 a 3.200 los sacerdotes y religiosos implicados en estos delitos, dato este que surge de las denuncias hechas.
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Quienes piden la demisión de todos los 120 obispos del país son particularmente algunos católicos conocidos.
Se trata de la periodista Cristine Pedotti, de línea de izquierda católica, Anne Soupa, quien alcanzó notoriedad allende las fronteras francesas por haberse postulado para ‘arzobispa de Lyon’, y François Devaux, de la asociación de víctimas La Parole Liberée (La Palabra Liberada), a quienes se han juntado algunas asociaciones de jóvenes.
Antecedentes en Chile
¿Pedir la demisión de todos los obispos cuando no está demostrada su culpabilidad? Es claro que no son culpables en su conjunto, pero Pedotti afirma que sería una “acción simbólica fuerte”, una medida “a la altura de la crisis”, siguiendo el ejemplo de lo hecho en meses pasados por el Cardenal Marx en Alemania, ofrecimiento de renuncia que no fue aceptada por Francisco, o de lo ocurrido con el conjunto del episcopado chileno en el 2018, cuando el Papa aceptó la renuncia de siete obispos.
Son claras sin embargo las diferencias entre una situación y otra, pues el ofrecimiento de renuncias en el caso chileno fue presionado por un difícil contexto, habiendo en el país austral obispos directamente implicados en los malos manejos de los casos de abuso, y por indicaciones vaticanas, algo que no está ocurriendo en Francia.
Sin embargo, para Pedotti, esa renuncia múltiple sería el único gesto válido para mostrar al mundo que la Iglesia en Francia puede y quiere cambiar de sistema, teniendo en cuenta que el informe Sauvé habla de sistematicidad.
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