domingo, 24 de noviembre de 2024
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“La inocencia es la luz y la gloria, el marco fundamental y la piedra de ángulo de los siglos futuros”

Pensamientos de Plinio Corrêa de Oliveira sobre la inocencia.

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Don Sebastián, Rey de Portugal

Redacción (16/11/2021 11:52, Gaudium Press) A continuación, algunos pensamientos de los muchos que a lo largo de su vida expresó el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira sobre La Inocencia, uno de los elementos esenciales de sus disquisiciones y de su carisma:

La inocencia no es un estado de alma pasivo, resignado, inerte. Sino, por el contrario, activo, actuante, emprendedor”.

La inocencia está siempre a la búsqueda de algo; de algo que es lleno de luz, lleno de paz, lleno de ordenación, concatenación y fuerza, pero lleno de tranquilidad. Este algo tiene la capacidad de mover todo sin moverse a sí mismo. Tiene algo de inefable, de divino, de interior y de secreto; tiene que ser, por tanto, la luz y la gloria, el marco fundamental y la piedra de ángulo de los siglos futuros”.

La inocencia tiene que iluminar la humanidad entera, tiene que inspirar los sistemas filosóficos, las instituciones y las costumbres, tiene que despertar las escuelas de arte, y mucho más que eso, tiene que inspirar a los santos, y dar a la Iglesia nuevos y más rutilantes días de gloria”.

Ese algo sertá el reflejo de la mirada, de la sonrisa y de la majestad de Nuestra Señora. Algo que se tornará visible en el Reino de María, según la previsión de San Luis María Grignion de Montfort”.

La inocencia es el más matutino rayo del amor de Dios”.

Cuando yo era niño, me sentí bañado en una luz… Y mi vida era una lucha para conservar esa luz, que era el lumen de la inocencia y que tal vez sea la propia substancia de la Contra-Revolución”.

La sabiduría es la inocencia que se va desarrollando”.

Con la victoria del Reino de María es la quintaesencia y la síntesis de todas las inocencias anteriores que brillará al sol de todos los siglos”.

El fundo de la inocencia consiste en hacer del orden una cuestión personal; de manera que cuando el inocente se encuentra en presencia de algo desordenado, él lo rechaza; y cuando se encuentra en presencia de algo ordenado, él se siente a sus anchas”.

“‘¿Cómo hago para readquirir la inocencia?’ Siendo devoto de la Virgen antes de cualquier otra cosa, y, por medio de Ella, siendo devoto de Nuestro Señor Jesucristo. Y combatiendo el orgullo y la sensualidad”.

Confianza e inocencia mutuamente se apoyan”.

Hace parte de la inocencia ser muy variada. (…) Ella tiene toda especie de formas y sabores, los más inesperados”.

Inocencia

El verdadero inocente es, al mismo tiempo, sumo diplomático, sumo estadista y sumo guerrero”.

El inocente es abierto a toda la escala del orden del ser. De suerte que está en él, ora entretenerse legítimamente con la hormiga, ora procurar ver el sol. Pero no hay atonía en esas mutaciones”.

“Hay un momento en que la inocencia se convierte en un muro de acero: ‘¡No haré. No cederé!’ Iré para adelante. Realizaré el asalto al adversario. Sé que seré cribado de tiros, de golpes de bayoneta, de impactos. (…) Pero no quiero perder la inocencia. (…) En ese momento el niño inocente se transforma en un varón de dolores”.

“Paloma sin astucia de serpiente es símbolo de idiotez. ¡Es evidente! La serpiente que no tiene la inocencia de la paloma es símbolo del crímen”. “… ese pobre hombre tiene la inocencia de la serpiente y la astucia de la paloma”.

“La fuerza de la verdad en el inocente es la presencia en su alma de todas las realidades trascendentales, de todo aquello que él ama, a que él consagró su vida y que le llena el espíritu. Si él habla en una hora en que Dios quiere que la inocencia sea glorificada, entonces habla mucho más que sólo él: habla todo aquello que él ama. De algún modo, es el propio Dios que habla por la boca de él”.

“El rugido del bien es como el timbre del bronce: bello y noble hasta incluso cuando hace zumbar los tímpanos de alguien. ¡Así es el rugido de quien es inocente y tiene derecho, el rugido de nuestro león!”.

“La inocencia es así: la luz que ella emite de sí es tan fuerte que a veces no vemos inocencia… ¡vemos apenas fuerza! Fuerza en estado puro, fuerza admirable brillando de candidez, brillando de limpidez: ‘Oh fuerza!’”.

“La inocencia es la claridad del intelecto, de la voluntad y de la sensibilidad, que tiene la mayor de las facilidades en ver el orden mítico de las cosas, partir del sentido del ser. Ella es, por tanto, una capacidad de ver simbolizado en todas las cosas algo de eterno, de absoluto, de divino, para lo cual ella tiende”.

“Lo propio de la inocencia consiste en levantar el alma para pensamientos muy elevados y muy grandes. Quien no tiene inocencia se preocupa con mil niñerías, mil cositas, a veces a punto de quedar nervioso, quedar frenético”.

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