domingo, 24 de noviembre de 2024
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La devoción a la Virgen, la hélice de la vida espiritual

Una maravillosa metáfora, de lo que debe ser la devoción a la Virgen. Explicación para salir del atolladero en la vida espiritual.

Virgen

Redacción (03/01/2022 08:27, Gaudium Press) Decía un día el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira que la devoción, el amor a la Virgen, era como la hélice de la vida espiritual, esa hélice que impulsa nuestra vida espiritual.

¿‘Cómo resolver los principales obstáculos de la vida espiritual?’, era el problema de fondo que un día se planteaba el Dr. Plinio.

Decía él que la devoción a la Virgen podía estar o no en proporción con la vida espiritual.

Imaginaba por ejemplo una persona cuya vida espiritual no estuviera a la altura de su devoción a Nuestra Señora, que no cuidase mucho de su vida espiritual, pero tuviera un gran amor a la Virgen. Esa persona sería algo así como un objeto parado que tiene una hélice girando frente a sí. Lo cierto es que no importaba, aunque ese objeto estuviese parado, la hélice lo termina elevando del suelo.

Si la devoción a Nuestra Señora fuere el punto más extremo, más alto, más dinámico de nuestra vida espiritual, por miserable que sea nuestra vida espiritual, la devoción a Nuestra Señora nos arranca del punto en que estamos. La hélice, que es la devoción a Nuestra Señora, nos hace salir de donde estamos y acaba por elevarnos”.

En sentido contrario, decía también el Dr. Plinio, si la devoción a la Virgen fuese pequeña, mezquina, la vida espiritual no camina sino a pasos de tortuga. Y si no hay devoción a la Virgen, solo por una misericordia muy grande de Ella la vida espiritual no muere.

“Puede ser duro para un hombre combatir sus defectos. Puede ser que por flaquezas o culpa, no combata sus defectos, pero no puede ser duro para un hombre tener devoción a Nuestra Señora, no puede ser duro para un hombre llevar esa devoción a los últimos puntos que la doctrina católica permite que llevemos esa devoción”, afirmaba el Dr. Plinio.

Y cuando un hombre eleva su amor a la Virgen y esa devoción hasta su natural pináculo, Ella obtiene ese amor de Dios, ese dinamismo de vida espiritual por donde el hombre se eleva por encima de sus propios defectos.

Esa es la forma de salir de los atolladeros de la vida espiritual, concluía el Dr. Plinio.

Por Saúl Castiblanco

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