sábado, 23 de noviembre de 2024
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Falta de claridad en documento preparatorio del Sínodo dará lugar a más preguntas que respuestas

Este martes 20 se dio a conocer el documento que guiará el trabajo de los participantes de la próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

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Foto: Secretariat.synod.va

Redacción (21/06/2023 16:25, Gaudium Press) Este martes 20 se dio a conocer el documento que guiará el trabajo de los participantes de la próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos a realizarse entre el 4 y el 23 de octubre. El documento trae una serie de cuestiones, recogidas tras una encuesta mundial entre católicos, que apuntan a la necesidad de una mayor inclusión, descentralización y escucha por parte de la Iglesia Católica.

El texto fue presentado ayer en una rueda de prensa en el Vaticano, a la que asistieron el Presidente del Secretariado del Sínodo, Cardenal Mario Grech, el Relator General de la Asamblea, Cardenal Jean-Claude Hollerich y el Padre Giacomo Costa SJ, del Secretariado para la comunicación del Sínodo. El texto base o “herramienta de trabajo” (Instrumentum laboris) de las asambleas sinodales suele llamarse “documento mártir”, porque se descarta después del inicio de los trabajos. A menos que el Papa decida incluirlos entre los textos de su magisterio, el “Instrumentum laboris” sólo sirve como “lineamenta”, es decir, guía para las discusiones de los participantes.

El documento concluye la fase de escucha y preparación de esta asamblea sinodal que se realizará en dos etapas anuales y que, por primera vez desde su creación por Pablo VI, permitirá el voto de participantes que no sean obispos.

Aunque no se ha hecho pública la lista, ya se ha tomado la decisión de que la asamblea se celebre en el Aula Pablo VI y no en el Aula del Sínodo, como es habitual. El motivo alegado es que, además del número inusual de participantes, el Salón permite la composición de “mesas redondas”, donde los obispos se sentarán al lado de los participantes religiosos y laicos, sean hombres o mujeres, para rezar y reflexionar juntos sobre los temas propuestos. Se esperan más de 300 participantes, entre obispos, expertos y auditores.

21% de los delegados no serán obispos

Según datos de la Secretaría del Sínodo, el 21% de los delegados con derecho a voto de la asamblea no serán obispos y el Papa elegirá personalmente a 70 delegados que serán sacerdotes, religiosos, consagradas y consagrados y diáconos. Se espera un número importante de público femenino.

El documento fue redactado por un comité de 22 personas y, según el relator de la asamblea, el cardenal Hollerich, fue aprobado por el Papa Francisco. La herramienta de trabajo aborda temas controvertidos como la posibilidad de la ordenación diaconal de mujeres, la flexibilización de la regla del celibato sacerdotal, un nuevo tipo de acogida a las llamadas personas LGBTQ+ y una mayor participación de los laicos en las decisiones de gobierno de las diócesis y parroquias. También existe el llamado repetido a reformar los planes de estudios de los seminarios para incluir un enfoque sinodal.

Las propuestas sugieren que la Iglesia adopte un proceso “sinodal”, es decir, participativo, en sus estructuras de gobierno, lo que implica un estilo de conducción de las asambleas basado en la “conversación en el espíritu” y el “discernimiento” por parte de obispos y fieles. El texto también sugiere que los candidatos al ministerio ordenado sean “formados en un estilo y mentalidad sinodal”. Del mismo modo, recomienda que las personas que no comprendan o no estén de acuerdo con las propuestas, realicen un “camino sinodal de recepción efectiva” de las mismas.

Entre las prioridades esbozadas en el documento está el papel de la mujer en la Iglesia. Una de las fichas de trabajo que acompaña al texto propone la siguiente pregunta para el discernimiento: “La mayoría de las Asambleas continentales y los resúmenes de numerosas Conferencias Episcopales piden que se reconsidere la cuestión del acceso de la mujer al Diaconado. ¿Cómo se puede enfrentar esta pregunta?”

El documento sinodal también propone sugerencias para la oración y la reflexión preparatoria, recordando que los documentos finales de las Asambleas Continentales mencionan a menudo a “aquellos que no se sienten aceptados en la Iglesia, como los divorciados vueltos a casar, las personas en matrimonios polígamos o las personas LGBTQ+”.

¿Cómo podemos crear espacios donde aquellos que se sienten heridos por la Iglesia y no bienvenidos por la comunidad puedan sentirse reconocidos, bienvenidos, no juzgados y libres para hacer preguntas? A la luz de la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Amoris laetitia, ¿qué pasos concretos se necesitan para llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia por su afectividad y sexualidad (por ejemplo, divorciados vueltos a casar, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ+, etc.) )?”, pregunta el documento.

Si bien los responsables afirman que el Sínodo tratará específicamente el tema de la sinodalidad y no de temas de moral y doctrina – lo cual fue explícitamente reforzado por el cardenal Hollerich en la presentación del documento –, el texto dice que ciertas preocupaciones que requieren “una mayor reflexión sobre el Depósito de la Fe y la Tradición viva de la Iglesia” podrán ser discutidos.

El documento también tiene un peculiar formato de presentación que consta de 15 planillas con preguntas para el discernimiento e infografías sobre los temas del discernimiento y la “conversación en el espíritu”.

No teme a las tensiones

En cuanto a las tensiones que surgirán con las propuestas, el documento afirma: “No debemos asustarnos por ellas, ni intentar resolverlas a toda costa, sino implicarnos en un continuo discernimiento sinodal. Solo así estas tensiones podrán convertirse en fuentes de energía y no caer en polarizaciones destructivas”.

En su discurso, el presidente de la secretaría del Sínodo, el cardenal Mario Grech, causó sorpresa al afirmar que el documento para el Sínodo sobre la sinodalidad no ofrece una “sistematización teórica de la sinodalidad”, sino que es solo el fruto de una “experiencia de la Iglesia, de un camino en el que todos aprendemos más, caminando juntos”.

También sorprendió la intervención del cardenal Hollerich, quien dijo que el documento, que contiene decenas de preguntas para la reflexión, podría o no “recibir respuestas de los participantes del Sínodo de los Obispos”.

Según el cardenal, el Instrumento de Trabajo de la asamblea “es más bien el resultado del proceso sinodal en todos los niveles, un resultado que lleva a muchas preguntas”.

Estas preguntas deben plantearse en el marco general de cómo responder a la llamada del Espíritu y cómo crecer como Iglesia sinodal”. “El Espíritu Santo es el verdadero protagonista del Sínodo”, dijo.

Finalmente, el padre Giacomo Costa, S.J., del sector de Comunicaciones de la Secretaría del Sínodo, dijo sobre el método de “conversación en el espíritu” que será una especie de metodología de trabajo para la asamblea de octubre: “La conversación en el Espíritu se puede describir como una oración compartida en vista de un discernimiento común, para el cual los participantes se preparan con la reflexión y la meditación personal. (…) La conversación en el Espíritu es tanto más fecunda cuanto más presentes están todos los participantes y se comprometen con convicción, compartiendo experiencias, carismas y ministerios al servicio del Evangelio”.

Ante la falta de definiciones categóricas sobre temas y metodología, la tendencia es que la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos deje más preguntas que respuestas.

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