Un ex musulmán de Irán, Jalil Mashali, que se convirtió al cristianismo, fue multado recientemente por el departamento de tráfico de Essen, Alemania.
Redacción (23/02/2024, Gaudium Press) Según la organización cristiana de derechos humanos ADF International, en la ciudad de Essen, Alemania, el taxista Jalil Mashali fue multado con hasta 1.000 euros por presunta “publicidad religiosa” ilegal, debido a un pequeño adhesivo con un versículo de la Biblia en la ventana trasera de su automóvil que dice: “Jesús, yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Mashali vive en Alemania desde hace 22 años. Nació y creció como musulmán en Irán, donde perdió su pierna izquierda en un accidente de tráfico a los 13 años.
A los 33 años, decidió buscar tratamiento médico en Alemania con la esperanza de encontrar alivio a su dolor. A pesar de más de 20 cirugías realizadas, el dolor persistía, lo que llevó a Mashali a considerar el suicidio. Fue en ese momento que una mujer cristiana se le acercó y se ofreció a orar. A pesar de ser escéptico, aceptó y experimentó un alivio total del dolor después de la oración, lo que lo llevó a interesarse por la lectura de la Biblia. Mashali se mantiene firme en su fe cristiana y, para él, la pegatina no es mera publicidad religiosa, sino una expresión de sus profundas convicciones.
En octubre de 2023, Mashali recibió una carta del departamento de carreteras, en la que destacaba que la pegatina es “propaganda religiosa” ilegal, que no está permitida en los taxis según una ordenanza. Sin embargo, Mashali no quitó la pegatina, argumentando que no constituía publicidad por su contenido, ubicación y pequeño tamaño.
“Jesús es lo mejor que puedo recomendar a cualquiera porque Él cambió mi vida. Es por eso que tengo la calcomanía en mi auto para que cualquiera esté interesado en ver. No quiero causar problemas, pero no hice nada malo. Estoy agradecido por este país donde todos deberían ser libres de compartir su fe. Espero poder seguir haciéndolo apelando esta multa injusta”, afirmó Jalil Mashali.
Lidia Rieder, abogada de la ADF que ayuda al taxista, subrayó que las acciones de Mashali están protegidas por el derecho humano fundamental a la libertad religiosa. “En una sociedad libre, el gobierno no debería silenciar ni censurar las expresiones pacíficas de fe. Las acciones de Jalil están protegidas por el derecho humano básico a la libertad de religión, que incluye el derecho a compartir con otros las creencias más profundas. El Estado debe evitar interferir injustamente con esta libertad”.
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