¿Qué deben esperar los cristianos de estos días que preceden al Triduo Pascual?
Redacción (26/03/2024, Gaudium Press) Los evangelios del lunes y martes de Semana Santa se componen de sermones y pasajes en los que Cristo predice su muerte, recordando a los fieles que era plenamente consciente de su misión en la Ciudad Santa y aceptaba firmemente el sacrificio que haría por nosotros.
El miércoles, sin embargo, aparece la traición de uno de los discípulos de Jesús: Judas, que hace realidad sus planes. Se acerca a los sacerdotes y fariseos y accede al signo de la traición: un beso en aquel al que quieren capturar. Y los hipócritas le dan su pago: una bolsa con treinta monedas de plata.
El jueves, Jesús nos da el regalo más grande que podemos recibir: Él se hace presente entre nosotros en la Eucaristía hasta el fin de los tiempos. Cuando el pan y el vino son transubstanciados, tenemos la garantía de poder compartir con Él la Cena que Él tanto deseaba: “Haced esto en memoria mía”. El Jueves Santo volveremos a cantar el Gloria después de un largo intervalo, esta vez al son de campanas y cascabeles, y las vestiduras serán blancas, abandonando el color morado de la penitencia.
Sin embargo, al finalizar la Santa Celebración, dando inicio al Triduo Pascual, a diferencia de lo que solemos ver, después de la comunión, el celebrante expone el Santísimo Sacramento y, tras la oración final, lo lleva con grandes cantos de alegría a la sacristía o a otro lugar apropiado. Allí se preparó debidamente un tabernáculo para recibirlo, el Monumento. Esto simboliza la ausencia de Jesús en su Iglesia, ya que fue arrestado como un criminal.
En la vigilia todos esperamos con aprensión y tristeza la muerte inminente del Señor, que culminará con su Resurrección el domingo.
¿Qué hacer durante este período?
Si la Cuaresma fue un tiempo de preparación, la Semana Santa es la concretización de esta espera y purificación. Durante este tiempo, nuestro estado de alma debe ser más recogido, nuestro pensamiento más centrado. No es casualidad que, en muchos lugares, si bien esta devoción se puede encontrar durante toda la Cuaresma, el acto de cubrir las imágenes con velos negros o morados sea una actitud importante durante la Semana Santa. Recordemos que Jesús fue recibido en gloria el Domingo de Ramos, pero el lunes comenzaron a planear su muerte.
La vida de Jesús está siendo amenazada por quienes buscan matarlo; ¿Quién no estaría preocupado? Por tanto, es necesario tener en cuenta esta realidad. El ayuno y la abstinencia deben practicarse más seriamente, el silencio debe ser más frecuente. Se posponen los grandes entretenimientos y nuestra atención debe volverse a la cruz, que es el instrumento de nuestra salvación.
Finalmente, es muy saludable para los cristianos confesarse durante la Semana Santa. El misterio por excelencia, sin el cual nuestra fe sería vana, está a punto de realizarse. Estar debidamente preparados y con el corazón limpio de pecados es lo mínimo que podemos ofrecer a Aquel que muere en la Cruz por nosotros.
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