miércoles, 03 de julio de 2024
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La Girándula: cuando el Vaticano se inunda de luces de fuego, conmemorando a San Pedro y San Pablo

Hace más de 500 años que desde el Castillo de Sant’Angelo se encienden los fuegos de artificio, con un arte en el que podría haber entrado Miguel Ángel y Bernini.

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Redacción (01/07/2024, Gaudium Press) La fiesta de San Pedro y San Pablo es también la de la alegría de la Tierra por la existencia de la Iglesia y la del agradecimiento de las columnas de la Iglesia, el Apóstol pescador, y el Apóstol de las gentes. Por esto, es normal que en ese día, en el Vaticano se desarrollen unos maravillosos fuegos artificiales, lo que ocurre desde hace 500 años, con un sello inspirado en Miguel Ángel y Bernini.

Todos los años, el 29 de junio, se lanzan fuegos artificiales desde lo alto del Castillo de Sant’Angelo, la fortaleza papal mandada a construir por el emperador romano Adriano, para celebrar a los santos co-patronos de Roma, San Pedro y San Pablo.

Aerni Franz Theodor La girandola a castel San Angelo c. 1874 80

Foto: Wikipedia

El espectáculo pirotécnico, llamado “La Girándula”, ha cautivado la imaginación de muchos artistas a lo largo de los siglos, cuyos bocetos y pinturas ilustran el acontecimiento con gran dinamismo. Se cuentan entre estas obras un grabado de Giovanni Ambrogio Brambilla de 1579 en el que el Castillo de Sant’Angelo estalla en llamas a todos los niveles mientras una multitud observa el espectáculo desde la relativa seguridad de la otra orilla del río Tíber.

De acuerdo a Elizabeth Lev, historiadora del arte, los juegos pirotécnicos de La Girándula se dieron por iniciativa del Papa Sixto IV, quien “en 1481 decidió ofrecer a los romanos un espectáculo teatral de luces y sonido que rivalizara con el de las otras grandes ciudades de Italia: Venecia y Florencia”, según explica Lev a CNA. El Papa Julio II continuó la tradición a principios del siglo XVI. Su maestro de ceremonias papales, Paride di Gassis, describió el espectáculo pirotécnico diciendo que parecía “como si el mismo cielo se estuviera derrumbando”.

Pero puede ser que en cierto momento halla entrado Miguel Ángel.

Por vuelta del año 1536, “el Papa Pablo III vivía en el Castillo de Sant’Angelo, Miguel Ángel trabajaba en el Juicio Final y en otros muchos encargos”. “La culminación [de esos juegos pirotécnicos] con los 4.000 a 6.000 cohetes creando una fuente de fuego suena como el tipo de efecto que Miguel Ángel habría disfrutado, aunque no tenemos palabras de él sobre el tema ni dibujos de las exhibiciones proyectadas”, dice la historiadora del arte.

Constatada sí está la intervención del escultor Bernini, a quien se debe, entre otras, el balcacchino de la basílica de San Pedro.

Productor de obras de teatro [y diseñardor de fuegos artificiales] entre sus muchas otras actividades, Bernini amaba el movimiento que el fuego, el agua, la luz y el aire podían aportar al arte”, afirma Lev.

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Bernini diseñó fuegos artificiales en 1641 inspirándose en la erupción del volcán Stromboli, frente a la costa norte de Sicilia, indicando el número de cohetes y los colores que lograrían el mejor efecto, explicó.

Con su fogosa personalidad y su apasionado amor por los efectos dramáticos, podría decirse que la Girándula fue hecha para Bernini y Bernini fue hecho para la Girándola”, explica la historiadora.

Dickens describió el “gran despliegue de fuegos artificiales desde el Castillo de San Angelo” en su libro de 1846 “Imágenes de Italia”.

El espectáculo comenzó con una tremenda descarga de cañón y luego, durante 20 minutos o media hora, todo el castillo fue una incesante sábana de fuego y un laberinto de ruedas ardientes de todos los colores, tamaños y velocidades, mientras los cohetes se lanzaban al cielo, no de uno en uno, ni de dos en dos, ni de diez en diez, sino de cientos en cientos”, escribió.

El estallido final, la Girándula, fue como la explosión en el aire de todo el enorme castillo, sin humo ni polvo”, dijo Dickens.

La tradición romana continuó hasta finales del siglo XIX, cuando se decidió suspenderla debido a los grandes daños causados a las salas históricas del Castillo de Sant’Angelo. Sin embargo, el espectáculo pirotécnico se recuperó en 2008 y ahora ilumina cada año la Ciudad Eterna en la celebración de sus santos patronos.

Este año, el espectáculo pirotécnico tendrá lugar el 29 de junio a las 21:30 y durará unos 20 minutos, como colofón a un día de festividades, oraciones y procesiones en Roma.

Con información de CNA / Infocatólica.

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