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El Pontífice se reunió, en la mañana de este lunes día 15, con miembros de seis congregaciones religiosas.
Redacción (16/07/2024, Gaudium Press) En la mañana de ayer lunes 15, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a miembros de seis congregaciones religiosas que celebran sus capítulos generales en estos días: Orden de los Mínimos, Clérigos Regulares Menores, Clérigos de San Viator, Misioneras de San Antonio María Claret, Hermanas Reparadoras del Corazón de Jesús y Hermanas Agustinas del Divino Amor.
En su discurso, el Santo Padre destacó la importancia de las nuevas vocaciones a la vida religiosa y celebró la diversidad y riqueza de las congregaciones presentes, siendo “imagen viva del misterio de la Iglesia, donde: ‘a cada uno se le da una manifestación particular del Espíritu Santo para el bien común de todos’ (1 Cor 12,7), para que la belleza de Cristo brille con toda su luz en el mundo”.
Continuar con el legado de los fundadores
El Pontífice reflexionó también sobre dos aspectos importantes de la vida religiosa: la belleza y la simplicidad. Respecto a la belleza, destacó que las historias de cada congregación, en diferentes circunstancias, tiempos y lugares, son historias de belleza, porque a través de ellas brilla la gracia del rostro de Dios, transcrita en los Evangelios.
Además, destacó la importancia de continuar el legado de los fundadores de las congregaciones quienes, “bajo el impulso del Espíritu Santo, supieron captar los trazos de esta belleza, y responder a ella de diferentes maneras, según las necesidades de sus épocas, escribiendo maravillosas páginas de caridad concreta, de valentía, de creatividad y de profecía, dedicándose al cuidado de los débiles, de los enfermos, de los ancianos y de los niños, a la formación de los jóvenes, al anuncio misionero y en el compromiso social; páginas que hoy les son confiadas, para que puedan continuar el trabajo que ellos comenzaron”.
Vacíate de todo lo que no sea el amor de Cristo
Hablando de simplicidad, Francisco explicó que este paso sólo es posible cuando se opta por lo esencial y se renuncia a lo superfluo, dejándose forjar cada día por la sencillez del amor de Dios que resplandece en el Evangelio. “Pidan al Señor ser simples, despojándote de todo lo que no es útil o puede dificultar la escucha y el acuerdo en sus procesos de discernimiento; despojándose de cálculos, ambiciones, envidias, pretensiones, rigidez y cualquier otra tentación que genere el autorreferencialismo”.
Finalmente, el Papa aseguró que los religiosos “abrazan la pobreza precisamente para vaciarse de todo lo que no sea el amor de Cristo y dejarse colmar de su belleza, hasta que desborde en el mundo, dondequiera que el Señor los envíe y hacia cualquier hermano o hermana que Él ponga en su camino, especialmente mediante la obediencia. ¡Y ésta es una gran misión!”
“No dejéis la oración, una oración del corazón; no dejéis los momentos ante el sagrario hablando con el Señor, hablando al Señor y dejando que el Señor nos hable”, concluyó Francisco. (EPC)
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