El Cardenal italiano hizo un llamado a todos los que trabajan en los hospicios a “que no se rindan y sigan siendo portadores de esperanza y de vida”.
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Redacción (14/02/2025 14:05, Gaudium Press) La Región de la Toscana, en Italia, aprobó el 11 de febrero una ley que regula los procedimientos y plazos de la asistencia sanitaria regional al suicidio médicamente asistido, en aplicación y como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional 242/2019.
De esa forma, Toscana es la primera región de Italia que aprueba una ley sobre el final de la vida. Los partidos de centro izquierda votaron a favor y los de centro derecha en contra.
La ley aprobada por el Consejo Regional prevé los requisitos para el acceso a la práctica, la verificación de las condiciones y métodos de acceso a la muerte médicamente asistida, con el fin de que la ayuda al suicidio no constituya un delito.
La ley también establece que pueden acceder al suicidio médicamente asistido las personas que padezcan una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico o psicológico que consideren intolerable; que se mantengan con vida mediante tratamiento de soporte vital; que tengan capacidad plena de tomar decisiones libres e informadas; y que expresen una intención de suicidio tomada de forma libre y autónoma, clara e inequívoca.
En 2019, la Corte Constitucional pidió al Parlamento de la República que llenara un vacío normativo sobre el final de la vida y enumeró los requisitos con los que se puede proceder al suicidio médicamente asistido.
Con respecto a la aprobación de la ley, comentó el cardenal Augusto Paolo Lojudice, arzobispo metropolitano de Siena y presidente de la Conferencia Episcopal de Toscana: “Tomamos nota de la elección hecha por el Consejo Regional de Toscana, pero esto no limitará nuestra acción a favor de la vida, siempre y en cualquier caso. A los capellanes de los hospitales, a los religiosos y religiosas y a los voluntarios que trabajan en los hospicios y en todos aquellos lugares donde cada día nos enfrentamos a la enfermedad, al dolor y a la muerte, les digo a todos que no se rindan y sigan siendo portadores de esperanza, de vida, a pesar de todo. Aprobar el derecho a morir con una ley regional no es un logro, sino una derrota”.
Con información de Acistampa.
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