jueves, 17 de abril de 2025
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Nueva presidenta de Laicos de España: dificultades “no deben privarnos de mirar con ilusión horizontes nuevos”

Desde el pasado sábado, y a la espera de confirmación por parte de la Conferencia Episcopal, el Foro de Laicos de España tiene nueva presidenta, María Belén Santamaría.

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Redacción (09/04/2025, Gaudium Press) Desde el pasado sábado —y la espera de confirmación por parte de la Conferencia Episcopal—, el Foro de Laicos de España tiene nuevo presidente.

Se trata de Dña. María Belén Santamaría Eraña, burgalesa, residente en Salamanca, quien pertenece al Movimiento CVX. Concede su primera entrevista abordando varios temas con seguridad y precisión.

¿Qué opinión tiene del Foro y de lo realizado en estos años de existencia y de actividades?

Creo que desde el Foro se ha caminado en la dirección de mejorar el conocimiento mutuo de los distintos carismas y se han dado muchos pasos para la coordinación y la armonización del papel del laicado en la iglesia. La etapa que más conozco es esta última, desde el Congreso de laicos en 2020 y me brota una acción de gracias por el esfuerzo de hacer comunidad, de reflexión conjunta, de escucha del Espíritu y de apertura a la novedad que nos ha traído el Sínodo de la sinodalidad.

¿Qué le movió a aceptar el servicio de presidirlo?

El momento actual de la Iglesia es especialmente retador e ilusionante. En este contexto además, la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), de la que formo parte, en su última asamblea nacional, en agosto de 2024, destacaba como compromiso para los próximos años nuestro crecimiento en vinculación, en disponibilidad y en amor a la Iglesia. Desde ahí recibo la petición de ser la persona enviada a estar presente en el Foro de Laicos y aportar en la medida de mis posibilidades y con el acompañamiento de mi comunidad, en la labor de presidencia. Tras un discernimiento personal, siento que puedo estar disponible para esto y desde mi carisma concreto, ser un ingrediente más en el camino que está recorriendo el Foro, animar en clave sinodal la comunión de carismas y espiritualidades y poder contribuir a ser la iglesia en salida que nos recuerda Francisco (Evangelii Gaudium, 20) y que el mundo necesita.

Llega a la presidencia del Foro de Laicos en un momento marcado por la realización de tres eventos muy importantes para el laicado en España: el Congreso de Laicos, el Encuentro sobre el Primer Anuncio y el Congreso de Vocaciones. En vista de ello, ¿qué prioridades destacaría que el Foro debe impulsar y estimular en relación a lo vivido y concluido en esos encuentros?

Creo que sería muy atrevido por mi parte, recién llegada, señalar prioridades. Me tengo que dar tiempo de conocer más y sobre todo escuchar, pero en mi cabeza, sin mucha concreción ni de forma estructurada, están las siguientes ideas:

– Seguir construyendo comunidad de comunión y hacerlo desde la armonía en la diversidad. Hacer visible el “sacramento de unidad” del que habla el documento final del Sínodo.

– Contribuir a la construcción de una Iglesia de puertas abiertas: para estar en salida, realmente volcados hacia el mundo con sus luces y sombras y para dejar entrar y ser así una iglesia de todos.

– Profundizar en nuestra vocación laical, para que podamos contagiar y animar desde la autenticidad de nuestra vocación y ser así un regalo para el mundo.

A esto habrá que añadir las líneas de futuro que han surgido en esta asamblea de abril de 2025:

Crecer juntos en la conversión personal, relacional y misionera.

Desarrollar una corresponsabilidad propositiva como laicos en la iglesia.

El presidente de la Conferencia Episcopal, en la Asamblea de Episcopado de noviembre señaló que hay cuatro problemas en la realidad española de nuestro tiempo: la crisis demográfica, el trabajo, la vivienda, los inmigrantes. ¿Qué deberá hacer el Foro ante esos retos?

Nada de lo que ocurre en la sociedad en la que vivimos y de la que formamos parte puede sernos ajeno. Ni como Iglesia ni como laicos. Todo nos afecta, especialmente, lo que hace sufrir a las personas y estas cuatro realidades deben ser llamada para nosotros. Y digo especialmente como laicos, porque nuestra particular vocación nos hace estar presentes en el mundo, en la familia, en el lugar de trabajo, en el compromiso cívico o político, social o ecológico, y es en las realidades sociales, donde somos llamados a construir Reino: defendiendo el trabajo decente, el derecho a la vivienda como bien de primera necesidad, construyendo comunidades acogedoras con las personas migrantes y recordando que el cuidado a las personas más vulnerables debe ser nuestra forma de estar y es inherente a nuestra vocación laical.

Mirando más hacia dentro de la Iglesia, y de sus miembros… la crisis de Fe, la incoherencia entre Fe y vida, los abusos, el clericalismo… son temas que cuestionan al laicado. Ante esa problemática ¿que tienen que decir los laicos para ayudar a superarlos?

Los laicos, como pueblo de Dios en misión, no estamos exentos de estas dificultades y problemas. Son también nuestros. Pero estas dificultades, que hay que afrontar con valentía, no deben privarnos de mirar con ilusión horizontes nuevos. Tenemos la responsabilidad de hacer valer nuestra vocación específica viviéndola con autenticidad, y junto con otras vocaciones particulares, en clave de sinodalidad, trabajar juntos por transparentar y vivir los valores del Evangelio, en lo que decimos y sobre todo en cómo nos comportamos y en las relaciones que establecemos. Sólo así podemos ser creíbles y construir Reino.

En el documento conclusivo del Sínodo sobre la Sinodalidad se expresa que: “la formación sinodal compartida para todos los bautizados constituye el horizonte dentro del cual comprender y practicar la formación específica necesaria para los ministerios individuales y para los diversos estados de vida. Para ello es necesario que se realice como intercambio de dones entre las diversas vocaciones (comunión), en la perspectiva de un servicio a realizar (misión) y en un estilo de implicación y educación en la corresponsabilidad diferenciada (participación)”. ¿Que está llamado a aportar el Foro de Laicos para promover esa formación, siendo que según enseñaba Benedicto XVI “son las minorías creativas las que determinan el futuro”?

Es precioso reconocer la sinfonía de vocaciones, la variedad de carismas y espiritualidades, la necesidad de todas ellas en la construcción de la iglesia desde la diversidad. Tenemos mucho que aportar para la construcción de la comunión, sin desvirtuar nuestra vocación laical como una melodía necesaria en esta sinfonía. Para ello es necesario seguir animando y posibilitando la participación de todos los carismas, porque la misión es única, aunque nosotros seamos diversos y todos somos necesarios. Para algunos laicos y laicas esto puede resultar novedoso y retador: ponernos manos a la obra con otros, en relación sinodal, buscando juntos cómo la iglesia puede ser un regalo para el mundo. En este recorrido, vamos aprendiendo desde la práctica, más allá de lo que dicen los documentos, porque supone una novedad para todos y como Foro de laicos tenemos que posibilitar experiencias reales de sinodalidad, demostrar que es posible seguir creciendo desde ahí porque el proceso sinodal no ha concluido. Ahora es el momento de continuar nuestro camino cotidiano con una metodología sinodal, para que la conversión a esta forma particular de ser iglesia sea una realidad. (José Alberto Rugeles)

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