jueves, 15 de mayo de 2025
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Papa y problemas de los jóvenes de hoy: relativismo, ritmos no de reflexión, individualismo, soledad

León XIV recibió hoy a la comunidad lasallista, en el tercer centenario de su aprobación.

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Redacción (15/05/2025, Gaudium Press) Entre otros varios puntos de su ya nutrida agenda, León XIV tuvo hoy un encuentro con los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Lasallianos), quienes están conmemorando el tercer centenario de la Bula In apostolicae dignitatis solio, con la cual el Papa Benedicto XIII aprobó el Instituto y la regla de esa comunidad con énfasis en la educación.

La celebración que ahora alegra a los lasallistas, se suma también a la declaración, hace 75 años, de San Juan Bautista de la Salle, como “Patrono celestial de todos los educadores”, algo que hizo Pío XII.

El Papa Prevost recordó que San Juan Bautista de la Salle realizó en su tiempo algo a la manera de una “revolución pedagógica”, ofreciendo la educación no solo a alumnos singulares, sino a grupos, y además llevándola a las clases menos favorecidas: una “escuela cristiana, gratuita y abierta a cualquiera”, algo que se mostró de suma actualidad.

Todo esto sólo puede hacernos reflexionar, suscitándonos también preguntas útiles. ¿Cuáles son los desafíos más urgentes que enfrenta el mundo juvenil de hoy? ¿Qué valores se deben promover? ¿Con qué recursos podemos contar?”, dijo León XIV.

El Pontífice hizo primero un cuadro de abordaje de cómo ve la juventud: “Los jóvenes de nuestro tiempo, como los de todas las épocas, son un volcán de vida, de energía, de sentimientos, de ideas. Se puede comprobar en las cosas maravillosas que pueden hacer en muchos campos. Pero también ellos necesitan ayuda para hacer crecer en armonía tanta riqueza y superar aquello que, incluso de modo distinto a como en el pasado, todavía puede impedir su sano desarrollo”. Es decir, el Pontífice no aplica la visión del ‘buen salvaje’ al momento de considerar la orientación a dar a la juventud.

El Papa ilustró su pensamiento con un ejemplo:

Si en el siglo XVII el uso de la lengua latina era una barrera de comunicación insuperable para muchos, hoy existen otros obstáculos que afrontar. Pensemos en el aislamiento que provocan los modelos relacionales cada vez más extendidos, marcados por la superficialidad, el individualismo y la inestabilidad emocional; a la difusión de patrones de pensamiento debilitados por el relativismo; a la prevalencia de ritmos y estilos de vida en los que no hay suficiente espacio para la escucha, la reflexión y el diálogo, en la escuela, en la familia, a veces entre los mismos compañeros, con la soledad que de ello deriva”. Resumiendo, León XIV apunta principalmente a los tipos de relaciones de esta cultura moderna individualista y cibernética; a ritmos que no favorecen el crecimiento humano; e, importante, al relativismo imperante.

Esa situación presenta, pues, sus propios desafíos. Pero así como en su tiempo los enfrentó el Santo de la Salle, ahora “podemos utilizarlos como trampolines para explorar caminos, desarrollar herramientas y adoptar nuevos lenguajes, con los que seguir tocando el corazón de los estudiantes, ayudándolos y animándolos a afrontar con valentía cada obstáculo para dar lo mejor de sí mismos en la vida, según los planes de Dios”.

El Papa, refiriéndose siempre al Santo noble francés, habló del carisma lasallista, “que abrazáis con el cuarto voto de enseñanza, [que] además de ser un servicio a la sociedad y una preciosa obra de caridad, aparece todavía hoy como una de las explicaciones más bellas y elocuentes de aquel munus sacerdotal, profético y real que todos hemos recibido en el Bautismo”.

Por eso deseo que las vocaciones a la consagración religiosa lasalliana crezcan, se animen y promuevan, en vuestros colegios y fuera de ellos, y que, en sinergia con todos los demás componentes formativos, contribuyan a suscitar entre los jóvenes que los frecuentan caminos gozosos y fecundos de santidad”, concluyó el Pontífice, tras lo cual impartió la Bendición Apostólica.

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