En su mensaje a los empleados de la Curia y dependientes vaticanos León XIV habló de cómo cada uno debe contribuir a la unidad y la armonía.
Fotos: Vatican Media
Redacción (24/05/2025, Gaudium Press) Reporta Corriere.it que el Papa León XIV ha restablecido la bonificación de 500 euros a los empleados del Vatican, alrededor de 5.000, que se dividen entre 2.000 de la Curia Romana, es decir empleados que contribuyen al gobierno de la Iglesia, y el resto en las labores del Estado Pontificio.
Se trata de una tradición, de una bonificación que se les ofrece a los empleados vaticanos después de la elección de un nuevo Papa, que fue entregada ayer viernes. Francisco había interrumpido esa tradición.
Justo esta mañana el Sumo Pontífice recibió en audiencia a los empleados junto a sus familias, quienes lo acogieron con un cálido, largo y fuerte aplauso. Se encontraban en el aula Nervi unas 5.000 personas, entre ellos también niños, y clérigos.
Agradecimiento del Papa
“Este nuestro primer encuentro no es ciertamente el momento de pronunciar discursos programáticos, sino más bien una ocasión para darles las gracias por el servicio que prestan, este servicio que yo, por así decirlo, ‘heredo’ de mis Predecesores”, afirmó el Papa León iniciando su discurso.
“Los Papas pasan, la Curia permanece” subrayó el Obispo de Roma señalando que esto “vale en cada Iglesia particular, para la Curia episcopal. Y vale también para la Curia del Obispo de Roma”.
El Pontífice profundizó en la labor y misión de la Curia:
“La Curia es la institución que custodia y transmite la memoria histórica de una Iglesia, del ministerio de sus obispos. Esto es muy importante. La memoria es un elemento esencial en un organismo vivo. No sólo se dirige al pasado, sino que nutre el presente y orienta el futuro. Sin memoria, el camino se pierde, pierde el sentido de la orientación”.
El Papa León continuó qué significa trabajar en la Curia:
“Trabajar en la Curia romana significa contribuir a mantener viva la memoria de la Sede Apostólica, en el sentido vital que acabo de mencionar, para que el ministerio del Papa pueda desarrollarse de la mejor manera posible. Y, por analogía, esto puede decirse también de los servicios del Estado de la Ciudad del Vaticano”.
La labor de la Curia también se incluye en la labor misionera de la Iglesia:
El Pontífice recordó también que la experiencia misionera forma parte de su vida, “y no sólo como bautizado, como todos los cristianos, sino porque como religioso agustino fui misionero en Perú”. “No podré agradecer suficientemente al Señor por este don”, afirmó. “Luego, la llamada a servir a la Iglesia aquí, en la Curia Romana, fue una nueva misión, que he compartido con ustedes en estos dos últimos años. Y aun la continúo, mientras Dios quiera, en este servicio que se me ha confiado”.
En esta labor misionera del Pontífice, “para servir a la comunión, a la unidad, en la caridad y en la verdad”, “cada uno aporta su contribución realizando su trabajo cotidiano con empeño y también con fe, porque la fe y la oración son como la sal para la comida, dan sabor”.
“Cada uno puede ser constructor de unidad con sus actitudes hacia sus colegas, superando los inevitables malentendidos con paciencia y humildad, poniéndose en el lugar de los demás, evitando los prejuicios, y también con una buena dosis de humor, como nos ha enseñado el Papa Francisco”.
“¡Gracias de nuevo de todo corazón!”, repitió el Pontífice antes de concluir su discurso.
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