Las denuncias han disminuido a un ritmo medio del 30 % anual desde 2020.
Basílica de la Inmaculada Concepción, en Washington – Foto: Wikimedia Commons
Redacción (, Gaudium Press) Las denuncias por abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero católico en Estados Unidos han disminuido un 32 % en el último año, según el informe anual publicado por la Secretaría de Protección de Niños y Jóvenes de la Conferencia Episcopal de los EE.UU. (USCCB).
El documento, que abarca del 1 de julio de 2023 al 30 de junio de 2024, recoge un total de 902 acusaciones formuladas por 855 víctimas, frente a las 1.308 registradas el año anterior. Los datos proceden de una encuesta realizada a 195 diócesis y eparquías católicas del país, en colaboración con el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA) de la Universidad de Georgetown, y una auditoría efectuada por la firma StoneBridge Business Partners.
El informe se enmarca en el proceso de rendición de cuentas instaurado por los obispos estadounidenses en 2002 con la creación de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, una iniciativa que estableció directrices y protocolos para gestionar las denuncias de abusos a menores en el seno de la Iglesia.
Durante el periodo auditado, 717 clérigos fueron señalados como presuntos responsables, de los cuales el 54 % ya han fallecido.
La auditoría de StoneBridge reveló también varios casos de incumplimiento por parte de algunas jurisdicciones eclesiásticas respecto a los artículos establecidos en la revisión de 2018 de la citada carta.
Entre ellos destaca la diócesis de Nuestra Señora del Socorro de la Iglesia Católica Siria en EE.UU, que fue declarada no conforme por no contar con un programa de formación sobre entornos seguros ni realizar comprobaciones de antecedentes a sus voluntarios.
Asimismo, la diócesis de Altoona-Johnstown (Pensilvania) es mencionada por no disponer de una junta de revisión funcional durante el periodo auditado.
«Evaluar el cumplimiento de la carta permite a cada diócesis y eparquía conocer sus fortalezas y debilidades, así como detectar áreas que requieren mejoras, algo crucial en nuestra misión de proteger a los niños», subraya el informe.
En ese sentido, se reafirma el compromiso de la Iglesia con la seguridad de menores y adultos vulnerables, mediante la realización de verificaciones de antecedentes a clérigos, empleados y voluntarios, y la formación en la detección y denuncia de signos de abuso.
El informe reitera que este compromiso, tal como recoge la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, se traduce en una política de tolerancia cero frente a los abusos.
Según los datos acumulados en los últimos cinco años, las denuncias han disminuido a un ritmo medio del 30 % anual desde 2020.
Con informaciónde CNA / Infocatólica
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