El estallido se dio el 1 de julio pasado, con revelación de Diane Montagna.
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Redacción (10/07/2025 10:22, Gaudium Press) El estallido, de alcance casi universal, se dio hace una semana, más exactamente el 1 de julio, cuando la periodista Diane Montagna reveló un informe de la Congregación de la Doctrina de la Fe de 2020, que evidenciaba que la mayoría de los obispos consultados al respecto consideraban que “realizar cambios legislativos a Summorum Pontificum causaría más daño que beneficio”. Summorum Pontificum, carta apostólica en forma de motu propio del Papa Benedicto, otorgaba una mayor libertad a nivel de Iglesia universal para la celebración de la eucaristía en el rito antiguo, llamado también rito extraordinario.
En resumen, de acuerdo a Summorum Pontificum, cualquier padre podría celebrar en este rito de forma privada, sin permiso de superior, salvo en el Triduo sacro. Asimismo, si un grupo de fieles, que se reuniese de forma estable en una parroquia, solicitaba la celebración en este rito, los párrocos debían permitirlo. También se autorizaba el uso del ritual antiguo para la administración de algunos sacramentos.
Entretanto, esta realidad revelada por Montagna, contradecía lo expuesto por el Papa Bergoglio en la carta que acompañaba el motu proprio Traditiones Custodes de 2021, que restringía al máximo el uso del rito antiguo. En efecto, dijo allí Francisco:
“Trece años después, encargué a la Congregación para la Doctrina de la Fe que os enviara un cuestionario sobre la aplicación del Motu proprio Summorum Pontificum. Las respuestas recibidas revelaron una situación que me apena y preocupa, confirmando la necesidad de intervenir”.
Días después del estallido, en rueda de prensa, el portavoz vaticano tuvo que responder a una pregunta sobre la materia, formulada por CNA. Aunque no confirmó la autenticidad de los documentos, tampoco la negó. Dijo Matteo Bruni que los informes publicados eran “presumiblemente” algo como “una reconstrucción muy parcial e incompleta del proceso de toma de decisiones” que concluyó en la publicación de Traditiones Custodes, para cuya elaboración y difusión se tuvo en cuenta “otra documentación, otros informes, así como el resultado de consultas posteriores”. Es decir, era una respuesta que aunque hábil, no borraba la sensación de que no se había sido enteramente fidedigno en la descripción de todo el proceso, en cuanto a las opiniones de los obispos de entonces.
Entretanto, la nube de dudas que pudo haber creado el portavoz Bruni, se chocan ahora con nuevos informes emitidos hoy por Diane Montagna, en el sentido de que “ha salido a la luz más evidencia confirmando la autenticidad de las secciones que yo publiqué la semana pasada, del informe final de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) sobre su encuesta de 2020 a obispos en relación con la implementación de Summorum Pontificum”.
“Las secciones que publiqué el 1 de julio comprendían la evaluación general del informe de la CDF sobre los resultados de la encuesta y una colección de citas de obispos que buscaban ofrecer al Papa Francisco una visión general de sus respuestas”, expresa la periodista.
Después de la primera publicación, ahora Montagna ha “obtenido el número de protocolo vaticano para el informe final de la CDF. Además, he obtenido la introducción a su Segunda Parte, que confirma que la evaluación general constituyó la ‘opinión oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe’ a la que se refiere el Papa Francisco en Traditionis Custodes”.
Queda pues planteado el escenario, que no parece fácil, y que es descrito por la misma Montagna: “si es cierto lo que dice Matteo Bruni [ndr. en el sentido de que la toma de decisión incluyó otros informes, otras consultas, etc.] ¿por qué el Papa Francisco no se refirió a esos ‘documentos adicionales’ en Traditionis Custodes, dado que presumiblemente le dieron la base para su decisión de ‘abrogar’ Summorum Pontificum?”
El movimiento actual que pide una liberalización del rito antiguo, a la manera de lo que había con Summorum Pontificum, es amplio, e incluye a varios cardenales. En ese marco, estos torpedos dirigidos hacia la ‘construcción’ de Traditiones Custodes aumentan en relevancia, y pueden entrar a jugar tal vez de forma decisiva.
Sin embargo, no es claro que el Vaticano quiera pronunciarse una vez más sobre el tema específico levantado por Montagna. Aciprensa reportó el pasado 3 de julio que un funcionario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, directo responsable de la aplicación de Traditionis Custodes que restringe la Misa en latín, declaró a CNA que el dicasterio “no tiene nada más que añadir” a la respuesta de Bruni.
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