lunes, 08 de septiembre de 2025
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El suicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes europeos

Un informe publicado por Eurofound revela que el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre los jóvenes europeos de 15 a 29 años.

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Foto: Akhil Nath/ Unsplash

Redacción (08/09/2025 12:12, Gaudium Press) Un nuevo estudio de Eurofound (centro de investigación estadística de la Unión Europea), publicado el 2 de septiembre, muestra que el descenso de las tasas de mortalidad por suicidio en la UE se ha detenido, revelando un aumento alarmante de los problemas de salud mental en Europa. El día anterior, 1 de septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido sobre el aumento de los problemas de salud mental en niños y jóvenes a nivel mundial.

A nivel mundial, uno de cada siete niños de entre 10 y 19 años padece un trastorno mental, lo que representa el 15%. La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes, mientras que el suicidio es la tercera causa principal de muerte entre los 15 y los 29 años.

En la década del 2000, Europa experimentó un descenso gradual del número de suicidios. Sin embargo, la tendencia se ha revertido.

Eurofound identifica varias causas de suicidio: la fragilidad social relacionada con la pobreza, el desempleo, la discriminación y las familias monoparentales; la vulnerabilidad de las personas con discapacidad, que se ven más afectadas por el aislamiento y la falta de empleo remunerado; y el impacto de la digitalización. Si bien el uso moderado de herramientas digitales puede fortalecer los vínculos sociales, su uso excesivo aumenta los riesgos, especialmente entre los adolescentes de 11 a 15 años.

Acceso limitado a atención psiquiátrica

A pesar del derecho a la atención psiquiátrica gratuita o de bajo coste, el acceso a la misma sigue siendo limitado en la mayoría de los países europeos. La psicoterapia, en particular, suele ser accesible solo en el sector privado, por lo que está reservada a quienes pueden permitírsela. Casi la mitad de quienes han padecido trastornos mentales, es decir, el 46%, considera que la calidad de la atención que recibe es mediocre, con una puntuación inferior a 5 sobre 10. Esta insatisfacción pone de relieve la urgencia de una reforma profunda.

Durante la presentación del informe, Hans Dubois, director de investigación de Eurofound, recordó que «cuando la salud mental empeora, puede tener consecuencias muy graves». Se alzan voces para exigir un compromiso común de los Estados europeos. Algunos proponen lanzar un plan de inversión masiva, no en armas, sino en salud mental, movilizando a familias, escuelas y comunidades locales.

Esta difícil situación de los jóvenes también interpela a la Iglesia, preocupada por todo el sufrimiento humano. Nos recuerda que la vida es un don de Dios, que debe ser defendido y apoyado, incluso en los momentos más oscuros. El Papa León XIV, haciéndose eco de sus predecesores, enfatizó que la sociedad europea debe «redescubrir la alegría de la esperanza cristiana, porque sin ella, los jóvenes se ven abandonados a la desesperación y al vacío».

En un mundo marcado por el individualismo y la soledad, las comunidades cristianas emergen como espacios concretos de fraternidad, donde los jóvenes pueden encontrar a alguien que los escuche atentamente y un motivo para levantarse. Para muchos jóvenes, desestabilizados por el ruido constante del mundo moderno, la oración, el culto y la vida espiritual ofrecen un camino de sanación y consuelo. Este mensaje resuena con el llamado de la Iglesia a promover una cultura de la esperanza, donde cada persona se sienta querida y amada.

Una respuestas que no puede ser meramente técnica o médica

Más allá de las cifras, la respuesta no puede ser meramente técnica o médica. Requiere una dimensión educativa, cultural y religiosa. Parroquias, movimientos juveniles, asociaciones benéficas y también familias cristianas participan en este acompañamiento, rompiendo el aislamiento y recordando a cada persona que tiene una vocación única.

A medida que se acerca el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el 10 de septiembre, Europa se enfrenta a un desafío. El informe de Eurofound insta a un debate sincero y valiente, pero sobre todo, a acciones concretas. Invertir en la juventud no es una opción; es una cuestión de supervivencia para Europa. Prevenir el suicidio significa proteger la vida y prepararse para el futuro, fieles a esta convicción central de la fe cristiana: ninguna existencia humana carece de valor y toda vida merece ser apoyada, acompañada y amada.

Con información de Tribune Chrétienne

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