Menú 
Cinco años después del incendio que conmocionó al mundo, Notre Dame volvió a acoger una boda: la del carpintero que ayudó a reconstruirla.
Foto: Instagram
Redacción (29/10/2025 15:51, Gaudium Press) “Queríamos compartir nuestro amor con todos. Es el día más hermoso de nuestra vida”, declaró emocionado el carpintero Martin Lorentz, protagonista de esta historia. Fue quien ayudo a reconstruir con sus propias manos el templo más emblemático de Francia y, años después, sellar allí su matrimonio.
En el corazón de la capital francesa, la catedral de Notre Dame vivió un momento cargado de emoción. Martin Lorentz, carpintero que formó parte del equipo de artesanos encargados de la restauración del templo tras el devastador incendio de 2019, se casó con su prometida Jade dentro del mismo recinto que ayudó a levantar de nuevo.
La boda, celebrada el sábado 25 de octubre de 2025, fue autorizada de manera excepcional por el arzobispo de París, mons. Laurent Ulrich, y presidida por el rector de la catedral, mons. Olivier Ribadeau Dumas. Fue la primera ceremonia matrimonial celebrada en Notre Dame desde el incendio, y tuvo lugar apenas diez meses después de su reapertura parcial.
Una boda en el taller de la fe
Durante los cinco años que duraron las obras de restauración, Lorentz trabajó sin descanso en la reconstrucción de la famosa charpente, la estructura de madera medieval que había sido completamente consumida por las llamas. Con un hacha en la mano, moldeó una a una las vigas del techo, siguiendo las mismas técnicas utilizadas hace más de ocho siglos por los maestros carpinteros que levantaron la catedral original.
Ahora, bajo las bóvedas góticas que él mismo contribuyó a restaurar, el carpintero escuchó al sacerdote darle la bienvenida con una sonrisa llena de significado: “Jade y Martin, sean bienvenidos a la catedral. Martin, la conoces bien, la conocías desde arriba, y ahora estás aquí abajo”.
Esa frase resumió todo el sentido del momento: el paso de quien, tras años de mirar la catedral desde los andamios, ahora la contempla desde el altar, junto a la mujer que ama.
Una familia nacida en el altar que él reconstruyó
La ceremonia reunió a unas 500 personas, entre familiares, amigos y compañeros de oficio que participaron también en la reconstrucción de Notre Dame. Muchos de ellos, visiblemente emocionados, vieron en la boda de Martin y Jade una representación del esfuerzo colectivo y de la fe que permitió devolver la vida a la catedral después del incendio.
A la salida, los colegas del carpintero formaron una guardia de honor con las hachas levantadas, símbolo del trabajo compartido, la fraternidad y el respeto mutuo. Entre los aplausos, un invitado expresó a la prensa francesa: “Es increíble ver todo esto suceder y reencontrar a los amigos aquí. Casarse en nuestra catedral es como estar en casa”.
Afuera, turistas y curiosos que paseaban por la Île de la Cité se detuvieron para presenciar el momento. Muchos no pudieron evitar emocionarse ante esta escena tan simbólica, el reencuentro de la vida con el templo que había sido herido por el fuego, ahora testigo de un nuevo comienzo.
Amor, trabajo y renacimiento
De las más de dos mil personas y 250 empresas que participaron en la restauración de la catedral, Martin Lorentz fue uno de los que más vivió la dimensión espiritual del proyecto. Para él, no se trataba solo de reconstruir una obra maestra de la arquitectura gótica, sino de servir a un propósito más alto, de devolverle al pueblo francés —y al mundo entero— un espacio de fe.
“Queríamos compartir nuestro amor con todos. Es el día más hermoso de nuestra vida”, reiteró el novio conmovido, mientras las campanas repicaban por primera vez en honor a un matrimonio desde el incendio.
Casarse en Notre Para Martin, fue la confirmación de que Dios escribe con belleza incluso sobre las cenizas de la historia.
Con información de ChurchPop
Deje su Comentario