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Miles de fieles asistieron de rodillas al santuario de esta advocación, en Otuzco, Perú.
Virgen de la Puerta – Foto: Conferencia Episcopal del Perú
Redacción (15/12/2025 13:18, Gaudium Press) Miles de fieles llegaron de rodillas hasta el Santuario de la Virgen de la Puerta en Otuzco, Perú, para el descenso de la imagen el 14 de diciembre, en una expresión pública de fe, penitencia y devoción mariana.
La tradicional peregrinación, que congrega a hombres, mujeres y familias enteras, representa un gesto de entrega profunda hacia la Madre de Dios, tanto espiritual como corporal, al recorrer largas distancias de rodillas hasta llegar al templo.
El día central, el 15 de diciembre, la Virgen de la Puerta sale del templo en procesión, en medio de una lluvia de pétalos y sobre alfombras de flores preparadas por los fieles locales.
El Santuario de la Virgen de la Puerta, que recibe a los devotos con gran solemnidad, acoge a los peregrinos con celebraciones litúrgicas, oración del Rosario y la Santa Misa, en un clima de profunda espiritualidad.
Muchos participantes explican que su decisión de llegar de rodillas responde a promesas, súplicas y agradecimientos a la Virgen por favores concedidos o por la intención de obtener gracias especiales.
Las autoridades eclesiásticas y los mismos fieles han destacado la notable organización de la peregrinación y el respeto mostrado por los creyentes hacia el entorno sagrado, así como el espíritu de fraternidad que reina entre quienes participan en este ejercicio de fe.
A través de cantos, rezos y momentos de silencio, los numerosos peregrinos convierten este evento en una verdadera manifestación de amor cristiano, clamando por paz, protección y bendición para sus familias y su nación.
La devoción a la Virgen de la Puerta en Otuzco sigue creciendo año tras año, alimentada por la tradición católica y el testimonio de quienes encuentran en este acto de fe una forma tangible de acercarse a Dios por medio de Su Madre.
Historia de la Virgen de la Puerta
En 1674 una flota de piratas holandeses se acercaba a la ciudad de Trujillo para robar, luego de haber causado estragos en Guayaquil, Ecuador, y en Zaña, en la actual diócesis de Chiclayo en la costa norte de Perú. Los pobladores enviaron emisarios a todos los pueblos de la zona, incluido Otuzco, para advertir del peligro.
En Otuzco los pobladores colocaron una imagen de la Virgen Inmaculada en la puerta de entrada a la ciudad. Durante 3 días rezaron a la Madre de Dios para que evitara el ingreso de los piratas, que ni siquiera llegaron a desembarcar.
Esto fue tomado como un milagro ya que no hubo explicación alguna para el hecho, y los pobladores de Otuzco decidieron levantar un santuario donde colocaron la imagen, que en adelante sería llamada Virgen de la Puerta, cuya celebración hizo oficial el entonces Obispo de Trujillo, Mons. Juan de la Calle y Heredia.
En 1942 el Papa Pio XII le entregó el título de Reina de la Paz Universal. El 4 de febrero de 1985, el Papa San Juan Pablo II, en su primera visita al Perú, le otorgó el título de Reina de la Paz Mundial; y en enero de 2018 el Papa Francisco la declaró Madre de la Misericordia y de la Esperanza, durante su visita apostólica al Perú.
Con información de Infocatólica y Aciprensa.
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