jueves, 28 de noviembre de 2024
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Misión de la educación católica: donar esperanza al mundo global, dice Francisco

Ciudad del Vaticano (Miércoles 27-06-2018, Gaudium Press) El Papa Francisco recibió en audiencia a ochenta miembros de la Fundación Gravissimum Educationis, en la Sala del Consistorio en el Vaticano.

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Esta Fundación tiene las finalidades científicas y culturales dirigidas a promover la educación católica en el mundo. Sus miembros participan del encuentro «Educar es transformar», que es promovido por este organismo que fue constituido por el Papa, por invitación de la Congregación para la Educación Católica, el 28 de octubre de 2015, en la ocasión en que se conmemoraban los 50 años de la Declaración Conciliar Gravissimum Educationis.

Papa: cambiar la educación para cambiar el mundo

En sus palabras el Papa Francisco recordó que «con esta institución, la Iglesia renueva su compromiso con la educación católica en sintonía con las transformaciones históricas de nuestro tiempo. La fundación, de hecho, incorpora una solicitud ya contenida en la Declaración conciliar de la cual lleva su nombre, que sugería la cooperación entre escuelas y universidades para enfrentar mejor los desafíos en curso».

Al proponer algunas sugerencias, Francisco destacó que «solamente cambiando la educación es posible cambiar el mundo».

Sugerencias del Papa

«Primero, es importante formar red, que significa unir escuelas y universidades para fortalecer la iniciativa educativa y de investigación, enriqueciéndose de los puntos fuertes de cada uno, para ser más eficaces en el ámbito intelectual y cultural.»

Para Francisco, «formar red significa también unir los saberes, las ciencias y las disciplinas para enfrentar los desafíos complejos, formar red significa crear lugares de encuentro y diálogo dentro de las instituciones educativas y promoverlos con los ciudadanos provenientes de otras culturas, tradiciones, religiones diferentes, a fin de que el humanismo cristiano contemple la condición universal de la humanidad de hoy».

Además, es el pensamiento expuesto por el Papa: «Formar red significa también hacer de la escuela una comunidad educativa en la cual profesores y alumnos no sean ligados solamente por un plan didáctico, sino por un programa de vida y experiencia, capaz de educar para la reciprocidad entre diferentes generaciones».

De acuerdo con Francisco, la educación católica no se limita solamente a formar mentes, «sino percibe que la responsabilidad moral del hombre de hoy también se propaga en el tiempo, y las elecciones de hoy recaen sobre las generaciones futuras».

Esperanza, otra sugerencia

Otra sugerencia del Papa es «no dejar que nos roben la esperanza». Con esa solicitud, el Pontífice «alienta los hombres y mujeres de nuestro tiempo a encontrar positivamente el cambio social, sumergiéndose en la realidad con la luz irradiada por la promesa de la salvación cristiana».

«Somos llamados a no perder la esperanza porque debemos donar esperanza al mundo global de hoy. ‘Globalizar la esperanza'» y «promover las esperanzas de la globalización» son compromisos fundamentales de la misión de la educación católica.

Según afirma el Papa, «estos son objetivos importantes que podrán ser alcanzados con el desarrollo de la investigación científica, confiada a las universidades y también presente en la misión de la fundación Gravissimum Educationis.
Una búsqueda por la calidad que tiene delante de sí un horizonte lleno de desafíos».

Criterios esenciales de Francisco

Francisco citó tres criterios que, según él, son esenciales para alcanzar los objetivos de la Fundación Gravissimum Educationis:

«Identidad, que requiere coherencia y continuidad con la misión de las escuelas, universidades y centros de pesquisa nacidos, promovidos o acompañados por la Iglesia y abiertos a todos, sobre todo a los necesitados; calidad, farol seguro para iluminar todas las iniciativas de estudio, investigación y educación, y el bien común, difícil de definir en nuestras sociedades marcadas por la convivencia de ciudadanos, grupos y pueblos de diferentes culturas, tradiciones y creencias. Precisamos ampliar los horizontes del bien común y educar a todos sobre la pertenencia a la familia humana».

«Para cumplir su misión, establezcan las bases en la coherencia con la identidad cristiana; dispongan los medios conforme la calidad del estudio y de la pesquisa; y persigan objetivos en armonía con el servicio al bien común», concluyó el Pontífice. (JSG)

 

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