viernes, 29 de noviembre de 2024
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En la Audiencia General el Papa recuerda Viaje Apostólico a Chile y Perú

Ciudad del Vaticano (Jueves, 25-01-2018, Gaudium Press) En la catequesis de la Audiencia General de este miércoles 24 enero el Papa recordó su recién viaje apostólico a Chile y Perú, donde «todo corrió bien y pude encontrar al pueblo de Dios en camino en aquellas tierras», según manifestó Francisco al dirigirse a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza San Pedro.

El Papa agradeció a Dios por el buen curso del Viaje, y a las autoridades civiles y obispos que lo acogieron con «tanta atención y generosidad, así como a los colaboradores y voluntarios» de cada país.

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Chile

Antes del viaje, las atenciones de Francisco estaban dirigidas para las variadas manifestaciones que ocurrían en Chile.
Para el Papa esto «hace aún más actual y vivo» el lema de la visita: «Os doy mi paz».

Y esta paz deseada es la «paz no solo para cada uno de nosotros, sino también al mundo, en esta III Guerra Mundial en pedazos. Recen por la paz», expresó

Autoridades, Misa y detenidas

Francisco recordó varios de los acontecimientos que vivió en el país: Con las autoridades políticas, dijo, «alenté al camino de la democracia chilena como espacio de encuentro solidario», indicándoles «el camino de la escucha», «de los pobres, los jóvenes, los ancianos y los inmigrantes», así como «la escucha de la tierra», recordó.

Se acordó de la primera Misa celebrada por la paz y la justicia, cuando afirmó: «Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios», lo que puede ser testimoniado con el «estilo de la proximidad, del compartir, fortaleciendo así, con la gracia de Cristo, el tejido de la comunidad eclesial y de toda la sociedad».

El Pontífice destacó que «en este estilo de proximidad cuentan más los gestos que las palabras», recordando la visita a la penitenciaria femenina en Santiago:

«Los rostros de aquellas mujeres, muchas de las cuales jóvenes madres, con sus pequeños en los brazos, a pesar de todo manifestaban tanta esperanza. Las animé a exigir, de sí mismas y de las instituciones, un serio camino de preparación para la reinserción, como horizonte que da sentido a la pena cotidiana», dijo el Sucesor de Pedro repitiendo la afirmación que hizo en aquella visita: «Una pena sin el horizonte de la reinserción es una tortura infinita».

Sacerdotes, Consagrados y Obispos

A los oyentes de la Plaza San Pedro, Francisco recordó que con los sacerdotes, consagrados y obispos de Chile vivió dos encuentros intensos e importantes, «que se tornaron todavía más fecundos por el sufrimiento compartido por algunas heridas que afligen a la Iglesia en aquel país». Y subrayó:

«En particular confirmé a mis hermanos en el rechazo de cualquier pacto con los abusos sexuales contra menores, y al mismo tiempo en la confianza en Dios, que por medio de esta dura prueba purifica y renueva a sus ministros».

Otras Misas y Juventud

Recordando las otras dos misas que celebró en Chile, el Papa aseveró que la de Araucanía, «tierra donde habitaron los indios mapuches, transformó en alegría los dramas y los cansancios de este pueblo, lanzando un apelo por una paz que sea armonía de las diversidades y el rechazo de toda violencia».

Dijo que la Misa de Iquique «fue un himno de encuentro entre los pueblos, que se expresa de modo singular en la religiosidad popular».

Para el Papa, los encuentros que tuvo con los jóvenes y la visita a la Universidad Católica de Chile «respondieron al desafío crucial de ofrecer un gran sentido a la vida de las nuevas generaciones»:

«A los jóvenes dejé la palabra programática de San Alberto Hurtado: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?» y en la Universidad «propuse un modelo de formación integral, que traduce la capacidad católica en capacidad de participación en la construcción de sociedades unidas y plurales, donde los conflictos no sean ocultados, sino administrados en el diálogo». «El conflicto se resuelve con el diálogo».

Perú

«Unidos por la Esperanza» fue el lema de la visita a Perú. Perpetuando ese lema, Francisco precisó que «Unidos por la esperanza» no significa «unidos en una estéril uniformidad, sino en toda la riqueza de las diferencias que heredamos de la historia y la cultura».

Para el Pontífice, lo que testimonió esto de modo emblemático fue «el encuentro con los pueblos de la Amazonía peruana, que dio también inicio al itinerario del Sínodo Pan-amazónico convocado para octubre de 2019, así como también testimoniaron ese lema «Unidos por la Esperanza», los momentos vividos con la población de Puerto Maldonado y con los niños de la Casa de acogida «El Pequeño Príncipe». Juntos dijimos ‘no’ a la colonización económica e ideológica».

Autoridades Peruanas

Según el Vicario de Cristo, el aprecio por el «patrimonio ambiental, cultural y espiritual» del país fue demostrado en el encuentro con Autoridades políticas y civiles de Perú cuando el Papa llamó la atención para dos realidades: «la degradación ecológica-social y la corrupción. «La corrupción no ocurre solo en aquellas partes. ¡También aquí! Y es más contagiosa que la gripe. La corrupción arruina el corazón,» dijo, recordando su Viaje Pastoral.

Misa en Trujillo, encuentro con Sacerdotes y religiosos

El Papa hizo memoria de la Misa celebrada en Trujillo: «Animé a la población a reaccionar a esta, pero también a otras tempestades como la delincuencia, la falta de educación, de trabajo y de morada segura».

Con los sacerdotes y consagrados del norte de Perú, el Sumo Pontífice evocó «la alegría del llamado y de la misión y la responsabilidad de la comunión en la Iglesia», y recordó que los orientó «a ser ricos de memoria y fieles a sus raíces, y entre estas devociones está la devoción popular a la Virgen María».

Especialmente Francisco hizo memoria de la celebración mariana en que coronó a la «Virgen de la Puerta», que fue proclamada «Madre de la Misericordia y de la Esperanza».

Señor de los Milagros y última Misa

El último día en Lima, tuvo un énfasis «espiritual y eclesial». El Papa expresó que es «un verdadero ‘pulmón’ de fe y de oración por la Iglesia y por toda la sociedad», destacando al referirse a las religiosas de vida contemplativa, que encontró en el Santuario del Señor de los Milagros.

También hizo memoria de la oración de intercesión que profirió junto a los Santos peruanos, que fue seguida por el encuentro con los obispos a quienes propuso como modelo a San Toribio de Mongrovejo.

Antes de recordar la Misa conclusiva de su viaje, el Papa dijo que mostró a los jóvenes peruanos los Santos como «hombres y mujeres que no perdieron tiempo en ‘maquillar’ la propia imagen, sino que siguieron a Cristo».

Francisco resaltó de la Misa conclusiva de su viaje apostólico la frase dicha durante: «Convertíos y creed en el Evangelio».

Parecía oír del Señor: «Así ustedes recibirán la paz que yo os doy y seréis unidos en mi esperanza», perpetuó para finalizar.
(JSG)

 

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