Ciudad del Vaticano (Miércoles, 10-05-2017, Gaudium Press) La exhortación del Papa Francisco en la homilía pronunciada en la mañana del martes (09/05), en la Casa Santa Marta, fue no resistir a la acción del Espíritu Santo en nosotros, sino acoger su Palabra con docilidad. Bondad, paz y dominio de sí son frutos de aquellos que acogen la Palabra, la conocen y tienen familiaridad con ella.
Las Lecturas sugeridas por la liturgia del día hablan de un comportamiento característico de los cristianos: «la docilidad al Espíritu Santo». Fue con este fondo de cuadro que basado en las lecturas que el Papa desarrolló su homilía.
Anunciando la Palabra a los paganos
Se inició una gran persecución en Jerusalén, después del martirio de San Esteban. Hubo una gran dispersión. Solo los apóstoles se quedaron.
Los ‘laicos’ se dispersaron. Fueron a Chipre, Fenicia y Antioquía y anunciaban la Palabra apenas a los judíos.
Pero en Antioquía, algunos comenzaron a anunciar a Jesucristo también a los griegos, ‘paganos’, porque sentían que el Espíritu Santo los impulsaba a hacer esto: «Fueron dóciles», explicó Francisco.
«Acoger con docilidad la Palabra»
El Apóstol Santiago, en su carta, exhorta a «acoger con docilidad la Palabra».
El primer paso en el camino de la docilidad es «acoger la Palabra», o sea, abrir el corazón. El segundo paso es «conocer la Palabra», conocer a Jesús, que dice:
«Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen». Conocen porque son dóciles al Espíritu, comentó Francisco.
El tercer paso de ese camino es la «familiaridad con la Palabra»:
«Llevar siempre con nosotros la Palabra; leerla, abrir el corazón a la Palabra y al Espíritu, que es quien nos hace entender la Palabra. Y el fruto de recibir la Palabra, de conocerla, de llevarla con nosotros, de esta familiaridad con la Palabra, es grande… el comportamiento de una persona que actúe así es de bondad, benevolencia, alegría, paz, dominio de sí, mansedumbre».
Y el Papa prosigue comentando:
«Pero yo debo recibir el Espíritu que me trae la Palabra con docilidad, y esa docilidad, no resistir al Espíritu me llevará a este modo de vida, a este modo de actuar. Recibir con docilidad la Palabra, conocer la Palabra y pedir al Espíritu Santo la gracia de tornarla conocida y, en seguida, dar espacio, para que esta semilla germine y crezca en las actitudes de bondad, benignidad, benevolencia, paz, caridad, dominio de sí: todo eso forma parte del estilo cristiano».
Susto por ser proclamada la Palabra de Dios a los gentiles
La Primera Lectura dice que hubo susto entre los cristianos, en Jerusalén, cuando llegó la noticia de que personas provenientes de Chipre y Cirene proclamaban la Palabra a los gentiles en Antioquia. Nviaram, entonces Bernabé, preguntose cómo era posible que se predicase la Palabra a los no circuncisos y cómo era posible que quien predicaba no eran los Apóstoles: «personas que nosotros no conocemos».
Francisco comentó que esto «es bonito», y que cuando Bernabé llegó a Antioquia y vio «la gracia de Dios», se alegra y los exhorta a «permanecer con el corazón resoluto, fiel al Señor», porque él era un hombre «lleno del Espíritu Santo»:
«Existe el Espíritu que nos guía a no cometer errores, a aceptar con docilidad el Espíritu, conocer el Espíritu en la Palabra y vivir según el Espíritu. Y eso es lo opuesto a las resistencias que Esteban criticaba a los líderes, a los doctores de la Ley: ‘Ustedes siempre resistieron al Espíritu Santo’. ¿Resistimos al Espíritu, hacemos resistencia a Él? ¿O lo acogemos? Con docilidad: esa es la palabra de Santiago. ‘Acoger con docilidad’. Resistencia contra docilidad. Vamos a pedir esa gracia», dijo Francisco para concluir en seguida, observando, «un poco fuera de la homilía», que «fue precisamente en la ciudad de Antioquía, donde nos fue dado el nombre de cristianos».
Realmente, fue en Antioquía que, por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de RV)
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