lunes, 25 de noviembre de 2024
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Por qué Nuestra Señora de Fátima, de Nazaret, de Aparecida…

Redacción (Lunes, 14-10-2019, Gaudium Press) Entre los días 12 y 13 de octubre tenemos, por lo menos, tres muy conocidas invocaciones de Nuestra Señora.

En Brasil, bajo invocaciones diferentes, tenemos a Nuestra Señora Aparecida y Nuestra Señora de Nazaret, el día 12, y Nuestra Señora de Fátima el día 13.

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Son invocaciones de María que atraen multitudes y multitudes de fieles en sus días de fiesta y también fuera de ellos.

Es bien cierto que Nuestra Señora es una sola. Y entonces viene la pregunta que para algunos es casi inevitable: ¿por qué tantas y tan diversas invocaciones?

La respuesta a esta indagación ya existe y es muy simple. Ella refiere para el modo de ser y de cumplir su misión tan especial de conducir almas para Jesús.

Un Camino que trajo Jesús y conduce a Jesús

En la Iglesia, veneramos a María con amor filial.

Ella es importante para nosotros porque nos muestra a Jesús y, además de eso, es el camino que Dios escogió para llegar a nosotros en la divina persona de Jesús.

María nos lleva a Jesús no solamente en el misterio de la Encarnación, sino también con sus apariciones o manifestaciones que son innumerables.

¿Si la misión es una sola por qué Ella aparece cada vez con una forma diferente?

Un solo camino

En general, cada intervención de María tiene que ver con una realidad histórica precisa o necesidad particular del pueblo de Dios.

Para cada ocasión Ella trae un mensaje traducido en un gesto, una palabra o un modo de presentarse.

Y todos los mensajes son para confirmar actitudes buenas, acertar estradas, rehacer caminos.

Eso muestra y comprueba la acción maternal de Nuestra Señora, que llevó muy en serio el mandato de Jesús en la cruz cuando Él recomendó que fuésemos acogidos por ella como hijos: «Mujer, he aquí a tu hijo…»

Se adapta a los Hijos

La Virgen adopta los trazos étnicos de la población de los lugares en que aparece.

Y cada advocación mariana nos permite contemplar, a través de rostros diferentes, la grandeza de María, grandeza perceptible en cualquier época, lugar y cultura.

No importa el nombre que María recibe, ellos llegan a centenas, lo que importa es la devoción y el amor inquebrantables a nuestra Madre Celestial.

Diferentes nombres y apariciones, una sola persona y misión

Todas las imágenes marianas, fruto de las apariciones alrededor del mundo, presentan una infinidad de diferencias entre sí, que van desde la vestimenta hasta los trazos faciales, pasando por el idioma.

Ella se adapta a sus hijos a fin de generar más confianza en los destinatarios de sus apariciones y tornar su mensaje inteligible para todos, para los más simples o inocentes como los niños; para los letrados, sabios o no, ricos o pobres, pecadores o no.

María se adapta a sus hijos, ella trae semejanzas pues Nuestra Señora se manifiesta de diferentes maneras para ganar la simpatía y aprobación de los nativos de cada pueblo, de la población de una región, ya que Ella no quiere ser una extraña.

En todos los casos, Ella se adapta a la mentalidad, la cultura y la psicología del vidente y de su pueblo.

¿Cómo realmente era Nuestra Señora?

Sabemos que María era una joven judía y pobre. No era negra, ni tampoco tenía trazos chinos o indígenas.

Sus trazos probablemente eran muy semejantes a los de las mujeres judías o palestinas que viven hoy en el Oriente Medio.

Sin embargo, por designios divinos, María se mostró a las diferentes culturas por amor a la humanidad, generalmente para reforzar la fidelidad a su Divino Hijo; por eso, conocemos vírgenes con trazos físicos de asiáticas, africanas, europeas, indígenas, etc.

Cómo entender la lógica de las diversas apariciones de la Virgen

La lógica de las apariciones marianas no es difícil de ser entendida para los que tienen Fe:

Si Dios envía un ángel para transmitir un mensaje a María, ¿por qué no puede enviar a María para transmitirnos un mensaje, si Ella, más que un ángel, es la llena de gracia?

Más importante que el rostro que María asume, son los mensajes que Ella viene a traernos en sus apariciones.

¿Qué podemos aprender de esos rostros de Nuestra Señora?

Lo esencial no es que María haya vivido en el Oriente Medio, o que el color de su piel haya sido el de las mujeres de esa región, y sí que Ella, además de ser nuestra madre y camino que lleva a Jesús fue y continúa siendo una de nosotros…

Y «nosotros» significa sin nacionalidad específica o con trazos fisonómicos exclusivos.

«Nosotros», significa que, con Ella tenemos un solo corazón, una sola alma, una sola mentalidad, desde que la amemos…

(JSG)

(Fuente: P. Henry Vargas Holguín, con adaptaciones)

 

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