lunes, 25 de noviembre de 2024
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Flash y Matriz de Flash: Cómo el don de sabiduría se debe constituir en fundamento de la vida espiritual

Redacción (Lunes, 29-04-2019, Gaudium Press) En nota anterior dábamos algunas pinceladas sobre la fundamental teoría del flash, explicitada por Plinio Corrêa de Oliveira, planteada como motor privilegiado de la vida espiritual particularmente de las nuevas generaciones.

Recuerda Mons. Juan Clá en su insigne obra El Don de Sabiduría en la Mente, Vida y Obra de Plinio Corrêa de Oliveira, la brillante definición del dominico Padre Philipon, que resume el don de Sabiduría como «la mirada suprema de Dios comunicado por la gracia a una simple criatura. Su papel contemplativo y apostólico se extiende a toda la actividad del cristiano. A los ojos del alma, esclarecida por el don de sabiduría, todo se torna luminoso» 1.

Recordábamos también en líneas anteriores que cuando el Dr. Plinio hablaba de ‘flash’, se refería particularmente a esas gracias actuales que ponían en ‘funcionamiento’ los dones del Espíritu Santo, particularmente el don de sabiduría, haciendo que la realidad brillara con una luz especial, lo que en el fondo era un ver la realidad como de dentro de los ojos de Dios, a partir de los ojos de Dios, por vía del don de Sabiduría.

Efectivamente, expresa Mons. Juan Clá que «el don de sabiduría trae un conocimiento que está arriba de todos los conocimientos, por el cual, con la rapidez de un relámpago, la persona ve las cosas, los acontecimientos, todo el movimiento del universo, como el propio Dios ve. Por así decir, ella cambia el instinto humano por el divino». 2

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Esta visión de la realidad que ofrece el flash, es también ‘sabrosa’ -lo que corresponde comúnmente al don de Sabiduría- es decir, el alma cuando está iluminada por el ‘flash’ siente una alegría interna profunda, un tanto inexpresable, que la mueve a la práctica del bien, a la lucha, al servicio. El alma, por ejemplo de un niño, ve una hormiga cargando su pesada y ‘gigantesca’ carga de un pedazo de hoja rumbo a su hormiguero, y se encanta con la hormiga, con su decisión, con su firmeza y fuerza, se encanta con Dios Hacedor de la hormiga, que a través de este animalito nos da un ejemplo de cómo llevar las penas y las luchas de la vida cotidiana, y a través de la visión de esta hormiguita nosotros entendemos con alegría que así debemos ser en el combate de todos los días contra nuestros defectos, o en la paciencia y decisión con la que debemos soportar las penas. Estamos viendo en ese momento una realidad, simple, pero que vista a través del prisma del ‘flash’, del don de sabiduría, es especialmente luminosa, deleitable y animante para nosotros.

Pero resulta que el ‘flash’ llega y pasa. Y aquí llegamos al punto de hoy, que es el de la solidificación del flash y la definición de matriz de flash.

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Decía el Dr. Plinio que el ‘flash’ muestra algo de Dios, es decir, esa contemplación placentera de la realidad nos está revelando en el fondo lo que esa realidad refleja de Dios, y por tanto está revelando al propio Dios, que es Verdad Total, Belleza Suprema y Bien Absoluto. Por tanto, el flash nos está mostrando que Dios es verdadero y nos muestra verdades de Dios; que Dios es armonía, proporción y elegancia perfectas; y nos está mostrando a Dios como supremo bien y hacedor de las normas que preservan y conducen al bien. Pero en el momento del flash -como es característico cuando se está bajo la acción del Espíritu Santo- la actitud del hombre es pasiva, él simplemente se deja llevar por lo que le está siendo dado. Y así debe ser.

Sin embargo cuando pasa el ‘flash’, es decir, cuando ya no se ejerce la acción de los dones del Espíritu Santo en el alma, sí compete al hombre pensar en el flash que tuvo, lo que el Dr. Plinio llamaba ‘cultivar’ el flash.

Cultivar el flash es tan sencillo como recordarlo, lo que ya es deleitable, pues es recordar un gusto magnífico que se tuvo en un momento precioso. Recordarlo es concentrar nuestra atención en él. Pero al recordarlo, ahí si podemos usar la razón bajo el influjo de la gracia, para desvendar la verdad, bondad y belleza que había en ese flash. Y después de desvendadas, recordar esos desvendamientos y fijar en el espíritu esos desvendamientos. Así se construye el Castillo Dorado dentro del alma.

Dios constantemente nos envía ‘flashes’, sobre los más variados aspectos del Orden del Universo; lo que ocurre es que no los cultivamos. Entonces, la solución ya está enunciada; Implorar a Dios los flashes, y llegados ellos, no despreciarlos sino cultivarlos, y luego vivir en función del flash.

Matriz de flash. Matriz, de la misma raíz que madre, es justamente la madre del flash.

Explicaba el Dr. Plinio que ‘matriz de flash’ es una idea-idealizada de las cosas que tiene el alma, y que corresponde también a la definición de arriba del don de sabiduría. Es decir, el alma va afirmando en sí la idea de que las realidades terrestres se corresponden con realidades divinas que están muy por encima de las realidades de este valle de lágrimas, inclusive las realidades maravillosas.

La Matriz de Flash es ese estado más o menos permanente en el alma moldeado por sus propios flashes, en que el alma tiende a idealizar la realidad creada porque sabe que esta idealización se acerca más a las ideas divinas que dieron origen a estas realidades, pues las ideas divinas son parte de la Esencia Divina, que es el mismo Dios, y Dios es superior a toda realidad creada. Entonces, el alma que tiene una Matriz de Flash desarrollada, tiende más fácilmente a la idealización, que no es una fuga de la realidad-real, sino que es una visión de la realidad-real a partir de la Causa ejemplar de esa realidad que es la realidad-ideal, visión que permite incluso juzgar mejor la realidad real a partir de la Causa Divina Ideal. Es una capacidad más o menos permanente de al ver una bola de árbol de navidad ver esa misma bola pero idealizada, perfecta; al contemplar un bello atardecer, ver ese mismo atardecer pero aún más dorado, o más azul, o más rosée, más perfecto.

Matriz de Flash es un estado más o menos permanente y más o menos intenso de visión idealizada de la realidad, que predispone y ‘genera’ el flash, recordando siempre que el flash es de origen divino, que el hombre no lo puede producir por su propio esfuerzo.
Entonces, un hombre con una Matriz de Flash desarrollada, verá mejor un atardecer bello, se deleitará aún más con la pureza de un rostro inocente, pues tenderá más rápidamente a unirlos con la Esencia Divina.

Por Saúl Castiblanco

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1 Mons. Joao Scognamiglio Clá Dias, EP. O Dom de Sabedoria na Mente, Vida e Obra de Plinio Corrêa de Oliveira – Vol I – Inocencia o Início da Sabedoria. Libreria Editrice Vaticana. 2016. 46

2 Ídem.

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