Al año de una gracia colectiva

Redacción (Viernes, 17-08-2012, Gaudium Press) Sí, en aquella lluviosa noche de agosto una gracia, una verdadera gracia colectiva fue lo que aconteció en el Aerodromo de Cuatro Vientos. Dos millones de jóvenes junto a un anciano Pastor, a quien ni el calor, ni el viento, ni la lluvia, consiguieron mover de su sitio. Dos millones de jóvenes, se arrodillaban en un silencio sacro y musical de adoración, ante la majestuosa custodia de Arce de la Catedral Primada de España. Pero, hasta la maravillosa obra de arte como que desaparecía de la vista de todos. Incluso el Santo Padre desaparecía de todos los ojos de quienes solo mirábamos a Jesús Hostia. Sí, aquella multitud oraba de rodillas, en actitud de adoración delante de Dios mismo, que también era adorado por su Vicario en la Tierra.

El aérodromo de Cuatro Vientos, dos millones de jóvenes junto a su Pastor

Escena realmente grandiosa que bien valdría un vitral en una catedral. Lo que puede la convocatoria del Santo Padre. En todos los que estuvieron aquella tarde-noche en Cuatro Vientos no se apaga aquella escena. En medio del silencio, Dios a todos hablaba. Movía los corazones y convocaba a una entrega mayor, a una radicalidad en el amor más plena, a un servicio más generoso. Y todos se sentían Firmes en la Fe al lado del Dulce Cristo en la Tierra -para usar la bonita expresión de Santa Catalina de Siena- y Arraigados en Cristo; en ese Cristo que en la Hostia Consagrada dulcemente recordaba a todos la llamada universal a la Santidad.

Se cumple un año de la JMJ Madrid 2011.Y con el aniversario vienen los recuerdos, las añoranzas, la renovación de los propósitos hechos y como no, la gratitud. Gratitud -esa virtud que tan poco se practica en nuestros días- gratitud que muy bien ha manifestado el Señor Cardenal arzobispo de Madrid. D. Antonio María Rouco Vaerela en una hermosa misiva al Santo Padre. Señala el Purpurado: «Al cumplirse el primer aniversario del gran acontecimiento de gracia que fue la Jornada Mundial de la Juventud, en nombre propio, en el de mis obispos auxiliares y en el de toda la diócesis, me complace agradecerle una vez más el haber escogido la sede de Madrid para este encuentro mundial de jóvenes, que puede ser comparado con una generosa siembra del evangelio en el corazón de los dos millones de jóvenes que participaron. En aquellos días del 18 al 22 de Agosto, Vuestra Santidad, como Vicario de Cristo, fue el encargado de sembrar la verdad evangélica en el corazón de los jóvenes que secundaron la llamada de Cristo para vivir la gracia del encuentro con él en la comunión de la Iglesia. Nunca olvidaremos, Santo Padre, vuestra dedicación y entrega al servicio del Evangelio, y vuestra afabilidad y cercanía haciéndose todo con todos, como diría san Pablo, para hacer de cada uno de los jóvenes, un amigo del Señor, arraigado y edificado en él mediante la firmeza de la fe. Por todo ello, Santo Padre, le damos infinitas gracias. Y en estos días, de modo especial, haremos más viva aún Vuestra Persona en medio de nosotros y daremos gracias al Señor porque en el Vicario de Cristo nos ha dejado la certeza de la permanencia y estabilidad de la Iglesia que camina en este mundo hacia el encuentro definitivo con el Señor. Cuente, Santidad, con nuestra oración por vuestro ministerio de Sucesor de Pedro, con nuestro afecto entrañable y sincero y con nuestra fidelidad a quien nos preside en la Caridad.»

Cuatro Vientos, Puerta de Alcalá, Barajas, El Escorial, Av. de Pío XII, la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, Paseo de Recoletos, Cibeles, Casa San José, el Madrid de los Austrias, el IFEMA, todo quedó marcado por una presencia, la del Papa y por una gracia, la de la JMJ Madrid 2011.

Si recordar es vivir….vivir es ya irse preparando para la JMJ Rio 2013. El espíritu seguirá actuando….y la gracia seguirá tocando los corazones entusiasmados de tantos jóvenes para que den testimonio de su fe al mundo entero. Y la transmitan con alegría…

Por José Alberto Rugeles