sábado, 27 de abril de 2024
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La ‘Trans-Historia’ y la ‘Trans-Política’: quien las desconoce no entiende mucho…

Los acontecimientos humanos, la esfera humana, está como que recubierta, englobada…”

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Foto: Javardh en Unplash

Redacción (23/10/2023, Gaudium Press) Decía un día Plinio Corrêa de Oliveira que había una ‘Trans-Historia’ y una ‘Trans-Política’, que si se desconocían se terminaba no sabiendo como funciona el mundo, aunque se crea saber mucho.

La tesis es más o menos la siguiente, aunque un poco simplificada (y en toda simplificación siempre hay alguna pérdida) entre otras razones porque el tema sigue teniendo ámbitos misteriosos:

Los acontecimientos humanos, la esfera humana, está como que recubierta, englobada, por una esfera superior (la trans-esfera), que está en constante contacto con lo que ocurre con los hombres, influye en los acontecimientos humanos. En esta ‘trans-esfera’ habitan los ángeles, buenos y malos, y circulan las acciones de estos ángeles que son seres libres, circula también la gracia, de la cual los ángeles comúnmente son canal. Podríamos concebir esta ‘trans-esfera’ como que englobada por otra esfera más abarcativa, la ‘Divino-Esfera’, pues en Dios “vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28).

Hasta aquí, elementos que más o menos de pacífica aceptación, pues estamos muy basados en la doctrina católica.

Entremos aquí a un terreno un poco más nebuloso, repitiendo lo que decía constantemente el Dr. Plinio, de que si algo de lo expuesto contraría la doctrina católica, desde ya y completamente lo rechazamos.

¿Dónde ubicar a María Santísima en estas tres esferas? Ella no es Dios, pero tiene una tal unión con Dios como nada en la Creación, y además la principal comunicación de Dios con los hombres que es la gracia, pasa necesariamente por Ella, por lo que Ella estaría entre la Divino-Esfera y la Trans-Esfera, en estrecha comunicación con los Ángeles y los Bienaventurados, siempre para beneficio de los hombres y ejerciendo su Maternidad espiritual sobre el Universo.

Bien: ya la visualización anterior, de esferas concéntricas pero unas de mayor amplitud que las otras, es un golpe brutal al naturalismo: la Historia humana no es solo la que se hace aquí sobre el suelo de esta Tierra, sino que viene enteramente condicionada por lo que ocurre en las esferas superiores, superiores en amplitud, en dinamismo, etc., aunque no las veamos con los ojos de la carne.

Por esto, conocer lo que ocurre en estas esferas y en el inter-relacionamiento de estas esferas -que a pesar de lo mucho que nos explica la doctrina católica todavía tiene visos de misterio- es de la mayor importancia. El que desconoce o simplemente niega la existencia de estas esferas es peor que el ciego, y el ciego termina siendo esclavo de su ceguera.

Entonces, la trans-historia sería una historia verdaderamente completa, una historia ampliada y más real, porque la concebimos no solo como el resultado de los actos de los meros hombres, sino como la consecuencia del entrelazamiento de lo que ocurre a nivel de la humano-esfera pero también en su relación con la ‘trans-esfera’, que podría ser llamada también de ‘ángelo-gracia-esfera’. Habituarse a ver la realidad como la suma y reunión de los vectores humanos y angélicos es como adquirir un sexto sentido, que nos permite acercarnos mejor a la realidad más profunda, como ella verdaderamente es.

Y desde esa visualización sí descender mejor y profundizar en los hechos concretos:

Si tal candidato venció en las elecciones, si tal batalla fue perdida o ganada, esto no es solamente porque el candidato ‘x’ usó tal propaganda, o interpretó mejor el sentir de la Opinión, sino porque ese acontecimiento es consecuencia de acciones y vectores en un marco mucho más amplio, donde se termina entonando la sinfonía de todo el Orden del Universo, siempre a la mayor gloria a Dios.

Esas tesis ayudan a valorar toda la vida de oración y la vida sobrenatural, a valorar la Iglesia, porque la Iglesia es como un ascensor desde la esfera-humana hasta la esfera-divina, donde habita el Corazón de Jesús.

También ayudan a entender la importancia de la esfera-angélica: ya junto a cada hombre hay un muy poderoso ángel guardián, y no es difícil concebir cerca un demonio específico de la perdición para cada uno. Pero resulta que ángeles hay muchos más que estos, tanto buenos como malos, de diferentes especies cada uno, conformando coros, grupos, cumpliendo misiones cada uno que nos afectan, y a veces no pudiendo cumplirlas por la acción de las otras esferas: demonios que no pueden realizar tal mal por prohibición de la Virgen, ángeles buenos que no pueden realizar tal bien porque su custodiado no rezó. Etc.

Buscar la Trans-Historia sería preguntarse si faltó oración para que no se hundiese la Armada Invencible. O si en determinado momento las Cruzadas se desconectaron de legiones angélicas que tenían por misión llevarlas a buen fin. O si en Lepanto, la manifestación que hubo de la Virgen vino con legiones especiales de los ángeles de Ella.

La sinfonía del Universo es maravillosa, pero compleja. Mucho más compleja de lo que nuestros ojos ven. La doctrina católica fue un salir de la oscuridad para mucho ver.

Por ejemplo, en la óptica de esta doctrina de la esferas, la propia noción de tiempo se torna ampliada, porque si bien nosotros vivimos en este tiempo terrestre, tenemos relación constante con la esfera angélica que vive en un tiempo especial, y con la esfera divina que vive en la eternidad. Vamos entendiendo que la sinfonía de la creación toca en Dios, y por medio de la relación con él tocamos el pasado, el presente y el futuro. Y muchas otras perspectivas se abren.

En fin, quien pide a Dios ver cada vez más la realidad con los ojos de la fe, Dios no lo deja ‘ciego’, la Virgen ciertamente le va mostrando cosas, en función de su vocación, de su misión, de su salvación, de la salvación de los otros.

Que Ella nos ayude siempre en nuestro caminar.

Por Carlos Castro

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