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Ciudad del Vaticano (Lunes, 25-02-2019, Gaudium Press) Ayer, en el Ángelus dominical rezado en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco profundizó en el Evangelio del día, que trataba del amor a los enemigos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.» (Lc 6, 27-38)
«Debemos perdonar porque Dios nos ha perdonado», enfatizó el Pontífice.
El Evangelio de Lucas trata de «un punto central y característico de la vida cristiana: el amor a los enemigos». Este «no es un opción, es un comando», mostrando entretanto que Jesús bien sabía que «amar a nuestros enemigos va más allá de nuestras posibilidades». Sin embargo Él se hizo hombre para no «dejarnos así como somos» para transformanos en Él.
Afirmó Francisco que «la lógica del amor, que culmina en la cruz de Cristo, es el distintivo del cristiano», amor que nos «lleva a salir al encuentro de todos con el corazón de hermanos y hermanas». El perdón se inscribe en esta lógica del amor.
¿Cómo hacer para contradecir ese instinto tan humano que es el deseo de venganza y llegar al perdón de los enemigos? Es preciso seguir el ejemplo del Padre y «ser misericordiosos» y «escuchar» a Jesús para cada día parecernos más a Él. Así, nos tornamos «capaces de cosas que nunca hubiéramos pensado que podríamos decir o hacer», y «nos descubrimos capaces de ternura y bondad; ¡y sentimos que todo esto no viene de nosotros, sino de Él!»
«Si nuestros corazones se abren a la misericordia, si el perdón se sella con un abrazo fraterno y se estrechan los lazos de comunión – explica – proclamamos ante el mundo que es posible vencer el mal con el bien», recalcó el Papa.
Concluyendo, el Papa pidió a la Virgen que «nos ayude a dejarnos tocar por esta palabra santa de Jesús, ardiente como el fuego, que nos transforma y nos permite hacer el bien sin reciprocidad, dando testimonio en todas partes de la victoria del amor».
Con información de Vatican News
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