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Ciudad del Vaticano (Lunes, 27-05-2019, Gaudium Press) En la sala Clementina, en el Vaticano, el Papa Francisco recibió en audiencia en la mañana de este viernes 24/05, a miembros del Instituto Hospital de los Inocentes de Florencia, en la región italiana de la Toscana.
Era un grupo de 70 personas pertenecientes a esta institución que acoge, asiste y promueve la infancia hace ya seiscientos años.
Discurso del Papa
Francisco dejó de lado el texto previamente preparado para la ocasión, lo entregó a los presentes y pasó a hablar, improvisadamente, de la «cultura de la crianza», a partir de las palabras de saludo de la presidente del Instituto.
«Hay una cultura de la sorpresa en el ver crecer, ver cómo se sorprenden con la vida, cómo entran en contacto con la vida. Y nosotros debemos aprender a hacer lo mismo. Este camino, esa estrada que todos nosotros recorremos como niño, debemos retomarla», enfatizó.
Capacidad de sorprender
«Dejad que los niños vengan a mí», dijo el Papa citando pasaje del evangelista San Marcos que había sido citada.
El Pontífice resaltó que hay otros pasajes del Evangelio donde Jesús va más allá; no solamente habla en acoger a los niños, y quien las acoge, a Él acoge, va más allá, prosiguió: «Si no os tornares como niños, no entraréis en el Reino de los cielos».
Francisco recordó que nuestro Dios es el Dios de las sorpresas y que nosotros debemos, de algún modo, volver a la simplicidad de un niño y, sobre todo, a la capacidad de sorprendernos.
«En este instituto de seis siglos de historia, muchas veces las madres dejaban, junto a sus recién nacidos, medallas rotas al medio, con las cuales esperaban, presentando la otra mitad, poder reconocer a sus hijos en tiempos mejores».
Retomando ese hecho histórico, el Papa agregó: «Hoy en el mundo hay muchos niños que idealmente tienen la mitad de las medallas. Están solos. (…) Niños con mitad de la medalla. ¿Y quién tiene la otra mitad? La Madre Iglesia», destacó el Pontífice.
La práctica de la adopción
Continuó el Pontífice:
«Nosotros tenemos la otra mitad. Es preciso reflexionar y hacer entender a las personas que nosotros somos responsables por esta otra mitad y ayudar a hacer hoy otra ‘casa de los inocentes’, pero mundial, colocando en práctica la adopción».
Francisco mostró que muchas veces las personas quieren adoptar niños, pero que hay una gran burocracia o, entonces, corrupción por el medio.
El Papa pidió para ser ayudado en eso: a sembrar la consciencia de que nosotros tenemos la otra mitad de la medalla de aquel niño:
«Muchas familias sin hijos- dijo por último – que ciertamente tendrían el deseo de tener uno con la adopción: seguir adelante, crear una cultura de la adopción porque los niños abandonados, solos, víctimas de guerras, y otros, son muchos». (JSG)
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