viernes, 26 de abril de 2024
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La salvación, "no se compra", "nos es dada gratuitamente", dijo el Papa

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 12-06-2019, Gaudium Press) La homilía del Papa Francisco proferida en la mañana de este martes 11 de junio en la Casa Santa Marta fue toda sobre la gratuidad de Dios.

Las reflexiones de Francisco vinieron después de la lectura del pasaje del Evangelio sobre la misión de los apóstoles, la misión de cada uno de los cristianos.

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«Un cristiano no puede quedar parado», la vida cristiana es «abrir camino, siempre», afirma Francisco al comentar palabras del trecho de los Santos Evangelios:

«En vuestro camino, proclamad: ‘El Reino de los Cielos está próximo’. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios».

Para Francisco, esta es, por tanto, la misión: una «vida de servicio». Una vida de servicio y gratuidad para con los otros. Una gratuidad de testimonio y de servicio.

La invitación evangélica es de ampliar el corazón para que la gracia venga. Y la gracia, de hecho, no se compra. Dé gratis lo que usted recibió de Dios gratis es lo que enseñó Francisco.

La vocación es servir, no para «usar»

La vida cristiana es para servir. Es muy triste cuando encontramos cristianos que, al inicio de su conversión o de su consciencia de ser cristianos, sirven, están abiertos a servir, sirven al pueblo de Dios, y después acaban usando al pueblo de Dios. Esto hace tanto mal, tanto mal al pueblo de Dios. La vocación es para «servir», no para «usar», dijo el Papa.

Ampliar el corazón, tener vida de gratuidad

La vida cristiana es entonces «una vida de gratuidad». Y, en el pasaje evangélico que la Liturgia propuso para el martes, el Señor va al corazón de la salvación: «De gracia recibisteis, de gracia debéis dar».

La salvación, «no se compra», «nos es dada gratuitamente», Dios, de hecho, «nos salva gratuitamente», «no nos hace pagar», dice el Papa para recordar que, como Dios hizo con nosotros, así «debemos hacer con los otros». Y precisamente esta gratuidad de Dios «es una de las cosas más bellas», señaló.

Con Dios no se negocia…

Es preciso saber que el Señor está lleno de dones para darnos, recuerda el Papa: Él «Solamente, pide una cosa: que nuestro corazón se abra. Cuando decimos «Padre nuestro» y rezamos, abrimos el corazón para que esta gratuidad venga. No hay relación con Dios fuera de la gratuidad. A veces, cuando precisamos de algo espiritual o de una gracia, decimos: «Bien, ahora voy a ayunar, voy a hacer una penitencia, voy a hacer una novena…». Cierto, pero tengan cuidado: esto no es para «pagar por la gracia, para «adquirir» gracia; esto es para ampliar su corazón para que la gracia pueda venir. La gracia es gratuita.

Todos los bienes de Dios son gratuitos – continua el Papa Francisco – pero advierte que el problema es que «el corazón se encoge, se cierra» y no es capaz de recibir «tanto amor gratuito». No debemos negociar con Dios, recuerda el Papa, «con Dios no se negocia».

La gracia del Señor es gratuita – dar gratuitamente

«Para nosotros, pastores de la Iglesia», «para no vender la gracia», recomienda Francisco. Dijo de ella: «Duele mucho cuando hay pastores» que hacen negocios con la gracia de Dios: «Yo hago esto, mas esto cuesta tanto, tanto…».

 

En nuestra vida espiritual tenemos siempre el peligro de resbalar en el pago, siempre, incluso hablando con el Señor, como si quisiésemos dar un soborno al Señor. ¡No! ¡La cosa no va por allí! No va por ese camino. «Señor, si me haces esto, yo te doy esto,» no. Yo hago esa promesa, pero eso amplía mi corazón para recibir lo que está allá, gratuito para nosotros. Esta relación de gratuidad con Dios es la que nos ayudará después a tenerla con los otros, sea en nuestro testimonio cristiano sea en el servicio cristiano y en la vida pastoral de aquellos que son pastores del pueblo de Dios. En el camino. La vida cristiana es caminar. Predicar, servir, no «hacer uso de».

Sirvan y den gratis lo que recibieron gratis. Que nuestra vida de santidad sea este ampliar el corazón, para que la gratuidad de Dios, las gracias de Dios que están allí, gratuitas, que Él quiere darnos, puedan llegar a nuestro corazón. Que así sea, concluyó Francisco. (JSG)

De la Redacción Gaudium Press, con informaciones Vatican News.

 

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