martes, 19 de marzo de 2024
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Rector Mayor de los Salesianos llama a renovar la dimensión mariana de la vocación salesiana

Roma (Lunes, 15-07-2019, Gaudium Press) Con motivo del 150º aniversario de la fundación de la Asociación María Auxiliadora (ADMA), que fue promovida por San Juan Bosco un año después de la consagración de la Basílica de María Auxiliadora en Turín, el 18 de abril de 1869, se ha dado a conocer una carta que para la ocasión dirigió el Rector Mayor de los Salesianos, Padre Ángel Fernández Artime, a toda la familia salesiana. «¡Abandónate, confía, sonríe!» es el título de la misiva.

En ella, el Rector Mayor pretende renovar la dimensión mariana de la vocación salesiana, como lo harían sus predecesores, sobre todo el fundador de la Congregación Salesiana; Don Bosco. Por eso escribe:

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Basílica María Auxiliadora, Turín.

«Me parece que este aniversario justifica suficientemente esta carta mía, que está en continuidad con otras escritas por mis predecesores, y que puede ayudarnos a reavivar en nuestros corazones el mismo amor por la Madre de Dios que guio a Don Bosco a lo largo de su vida, recordando que sin María Auxiliadora seríamos cualquier otra cosa, pero ciertamente no seríamos Salesianos y tampoco Familia Salesiana».

El Padre Fernández Artime llama a la ADMA y a toda la Familia Salesiana a «mantener a María Auxiliadora en casa», desde el fundamento que ha sostenido a la Asociación en estos 150 años, que es la Eucaristía y la devoción a María, que son las dos columnas de las que habló Don Bosco al fundar la Congregación.

«La referencia se hace a las dos columnas del sistema educativo y de la espiritualidad salesiana. El Cristo que domina la existencia de Don Bosco es, predominantemente, el Jesús vivo y presente en la Eucaristía, el Pan de la vida, el Hijo de María, Madre de Dios y de la Iglesia. Don Bosco vivió de esta presencia y en esta presencia. La Eucaristía sacrificio y sacramento, la Eucaristía que nos nutre, la Eucaristía presencia real y adorable es, en la vida de Don Bosco, fuerza y consuelo, fuente de paz y, al mismo tiempo, fuego de actividad», señala el Rector Mayor de los Salesianos.

En otro momento recuerda que el carisma salesiano tiene un sello especial que pasa a través de la devoción a María Auxiliadora: «Don Bosco, consciente de nuestras fatigas y debilidades, dio un paso más, aún más hermoso: no somos devotos genéricos, sino Devotos de María Auxiliadora. En su experiencia, el don de amor que nos une al Padre y al Hijo (gracia) y que impulsa a la acción (caridad), pasa explícitamente, casi sensiblemente, a través de la mediación materna de María».

Más adelante, destaca el recorrido que en estos años ha tenido la ADMA, que originalmente recibió por Don Bosco el nombre de Archicofradía d María Auxiliadora y desde sus inicios adquirió una dimensión mundial, un camino de la mano de la Virgen que ha recorrido toda la Familia Salesiana, como refiere el Rector Mayor: «Podría decirse que la Congregación y la Familia Salesiana también han recorrido un camino de maduración en la devoción a María Auxiliadora. De hecho, nuestra espiritualidad salesiana no puede separarse de la devoción a María Auxiliadora. Sería lo mismo que tratar de separar -absurdamente- a Don Bosco de María Auxiliadora».

También recuerda que la ADMA es «un itinerario de santificación y de apostolado salesiano», como está escrito en el reglamento de la Asociación; y que es un camino que ha de proponerse a las nuevas generaciones. Así lo escribe el Padre Fernández Artime: «también debemos proponer a las nuevas generaciones el ideal de la santidad -seguir a Jesús- en la vida ordinaria, realizada en el estudio, las amistades, el trabajo, el servicio, haciéndoles saber que el mundo, y con ello la Iglesia, ya está en sus manos».

El Rector Mayor concluye la carta dando gracias por los 150 años de la ADMA y renovando el compromiso del carisma salesiano: «Al dar gracias por estos 150 años de vida de la Asociación de María Auxiliadora, comprometámonos, fieles al carisma de nuestro santo fundador de la Familia Salesiana, a dejarnos guiar por el Espíritu Santo para un renovado impulso evangelizador y educativo».

«La Asociación de María Auxiliadora es una luz que brilla en todo el mundo salesiano y nos invita a ser con María, discípulos y misioneros del Evangelio de la alegría», añade.

Con información de ANS.

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